La patronal y el sindicato SATI alcanzaron este jueves a última hora de la tarde un principio de acuerdo para desconvocar la huelga de los trabajadores del TIB, que sumaba su décima jornada. La Federación Empresarial Balear de Transporte (FEBT) informó de que se ha alcanzado un entendimiento «por responsabilidad social y en beneficio de los usuarios».
La FEBT y la Agrupación Empresarial del Transporte Regular de Viajeros de Balears (integrada en la propia federación) explicaron que se trata de un acuerdo que «busca mejorar las condiciones laborales» y que contempla mejoras económicas que se asumen sin que vayan a aumentar las cantidades estipuladas en la concesión de este servicio público. Algo que va a suponer «un reto económico» para las empresas.
Así lo aseguraba su portavoz, Petra Mut, quien señalaba que se ha hecho «un sobresfuerzo que va a correr a cargo de las cuentas de explotación de las empresas». En el documento, las empresas concesionarias del servicio se comprometen a una subida salarial repartida en cuatro años: un 5 % el primer año, un 3 % el segundo año y un 0,5 % el tercero, más la subida correspondiente al incremento del IPC en el tercer y cuarto año. Dado que se prevé (cálculos de la patronal) que el IPC subirá un 2 % en esos ejercicios, el incremento salarial estimado suma un 12,5 % más de lo que perciben los trabajadores actualmente. O lo que es lo mismo: un 8,5 % más unas variables que se prevén sean del 4 %.
Asimismo, los días de vacaciones se contabilizarán como días hábiles, en lugar de días naturales como se venía haciendo hasta ahora. También se ha accedido a mejorar el número de días de vacaciones. Por lo que respecta a la cuestión de la jornada laboral y los periodos de descanso –que había generado buena parte de las discrepancias en las negociaciones de la última semana– se ha accedido igualmente a mejoras que por el momento no han sido especificadas. Según la FEBT, «este acuerdo representa un paso importante en la mejora de las condiciones laborales del sector, aunque las empresas reconocen que supone un reto económico». Añade que la intención «es mantener un equilibrio que permita ofrecer un servicio de calidad a los usuarios». El SATI, por su parte, deberá ratificar hoy este principio de acuerdo en la asamblea de trabajadores para proceder luego a la firma del documento definitivo.
La consellera de Treball, Catalina Cabrer, celebró el acuerdo y, en declaraciones a IB3, destacó que «la clave ha sido la responsabilidad de las dos partes. A veces pasa que las negociaciones se complican, pero lo importante es que han estado a la altura».
El desencuentro de la reunión del miércoles parecía haber supuesto un punto de inflexión. Las negociaciones se habían prolongado durante más de ocho horas para acabar naufragando por completo al filo de la medianoche, con un texto del preacuerdo ya casi redactado. Las discrepancias en torno a jornadas laborales y descansos volvieron a suponer un bache insalvable como en días anteriores. Un abrupto final para una maratoniana reunión de ocho horas que empeoró aún más las ya de por sí tensas relaciones entre la patronal y el SATI.
El sindicato reaccionó convocando a la plantilla del TIB en la Estación Intermodal de Palma a las 19.00 horas para llevar a cabo una movilización en la que los trabajadores se colocaron tiras de esparadrapo sobre la boca para denunciar las presiones que están recibiendo para reducir el ruido de sus protestas. «No nos callarán», era el lema de una convocatoria en la que criticaban que «ya no nos dejan ni levantar la voz. Cada día más restricciones, más control, más desprecio».
Por su parte, la presidenta del Govern, Marga Prohens, hizo ayer por la mañana una nueva «llamada a la responsabilidad» de empresas y trabajadores del TIB para llegar a un acuerdo que permitiera acabar con una huelga que este jueves alcanzaba su décima jornada. La presidenta respondió además de modo indirecto al SATI, que había pedido su intervención personal en el conflicto. Prohens remarcó que el papel de mediadores lo estaban asumiendo la consellera de Treball, Cati Cabrer, y el conseller de Mobilitat, José Luis Mateo, quienes «se están dejando la piel».
Mediante una clausula expresa en el nuevo convenio puede descartarse y neutralizarse el mecanismo de absorción y compensación, derecho que en principio el ET concede a los empresarios para no superponer conceptos equiparables acordados en convenio con los pactados individualmente en contrato de trabajo o concedidos unilateralmente por el empresario. Sólo con esa cláusula se garantiza que las retribuciones pactadas en el nuevo convenio sean reales y efectivas.