El puente de agosto llega tan cargado de turistas como podría hacerlo en cualquier otro fin de semana de la temporada alta en Baleares. Ninguno de esos tres días acogerá un máximo mensual de movimientos aéreos (honor reservado para el pasado sábado día 2, según los datos de AECFA), aunque la huelga en el sector del handling -servicio de atención en tierra de los aviones- puede complicar la actividad y los flujos de llegadas y salidas de visitantes y residentes.
Los parones se inician el viernes con el personal de Azul Handling, que ofrece servicio a Ryanair (primera aerolínea en número de movimientos en Balears) y otras compañías con menor volumen de vuelos. La huelga seguirá sábado y domingo junto con la de los trabajadores de Menzies, empresa de handling que opera con EasyJet, British Airways, Wizz Air, Lufthansa, Jet2, Norwegian o Turkish Airlines entre otras. El aeropuerto de Palma se verá afectado por ambas huelgas.
Por lo pronto, el sector hotelero se mantiene atento a las perturbaciones que pueden suponer los parones, especialmente en cuestión de retrasos en las entradas previstas. En todo caso, descartan que pueda suponer un quebradero de cabeza especialmente importante. Las huelgas en aeropuertos europeos están a la orden del día esta temporada y, más allá de retrasos que puedan provocar algún embudo en el flujo de llegadas hoteleras, no se esperan afecciones mayores.
En cuanto a los problemas en las salidas, los pasajeros que viajan con un paquete de turoperación disponen de una mayor cobertura en estos casos, con la posibilidad de ser recolocados en otros vuelos o facilitando una noche extra de alojamiento, si es necesario. Un extremo poco probable, dado que la huelga no debería ir más allá de determinadas salvo en el caso de vuelos a última hora.
En cualquier caso, si existe alguna preocupación es más por la imagen que se puede trasladar a los turistas en cuanto al funcionamiento de los servicios aéreos. Máxime después de las molestias derivadas por la huelga de los autobuses interurbanos este mismo verano.
Desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) explican que aunque estas situaciones suelen ser incómodas, ya forman parte del panorama habitual de cada verano. De todos modos, afirman estar preparados para minimizar las afectaciones en su operativa en uno de los momentos cumbre del año y en las molestias y problemas que este tipo de trances pueden suponer para el cliente.
Por otro lado, la OCU ha recordado a los pasajeros que la cancelación de un vuelo implica el reembolso del billete y una compensación de hasta 600 euros por pasajero. Asimismo, indica que la aerolínea debería pagar los importes «y no obligar a los afectados a ir a juicio, como ocurrió en 2018». La OCU recuerda que entonces inició una acción colectiva contra la aerolínea que finalmente ganó.
AENA és un dels principals enemics dels residents