La centella balear (Gegenes pumilio) es una de las especies de mariposas más raras y amenazadas en Europa. Baleares es el último refugio de este lepidóptero que ha sido incluido recientemente en la lista roja del Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Es una especie migradora de origen africano que ha sido avistada en Raixa, en es Jardí d’en Perelló de Sóller y en es Comú de Muro. Su similitud con la sageta negra (Gegenes nostradamus) ha llevado a los expertos en lepidópteros de Baleares a analizar genéticamente algunos de sus ejemplares para confirmar si los ejemplares que se han observado en las Islas son realmente de esta rareza.
«Históricamente era abundante en la Mallorca, hoy es extremadamente rara, por eso ha sido catalogada recientemente en peligro de extinción en España», explica Pau Colom, investigador del Imedea Uib-Csic y coordinador del programa de ciencia ciudadana Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS).
El Museo Balear de Ciencias Naturales informó el 15 de mayo de que uno de sus trabajadores, entomólogo aficionado, observó la mariposa en el jardín botánico, concretamente en un área cercana al hotel e insectos. Cristian Rodríguez avistó el insecto mientras libaba flores.
Las mariposas son bioindicadores esenciales porque se trata de organismos ectotermos cuya temperatura corporal depende del medio externo. Eso provoca que su ciclo bliológico esté estrechamente ligado al clima. De ahí que el recuento de ejemplares sea clave para medir los efectos del calentamiento global.
Su población disminuye año tras año por el aumento de las temperaturas, el descenso de la pluviometría y la pérdida de hábitats naturales, dentro y fuera de Mallorca.
Los contadores de mariposas del programa Catalan Butterfly Monitoring Scheme, colaboran para hacer los censos de poblaciones que permiten detectar cualquier desequilibrio.
«Los registros actuales, aunque esporádicos, nos muestran que la sageta petita persiste en ambientes diversos como los cultivos extensivos, las marjals y las zonas periurbanas, pero siempre a baja altitud», explica su coordinador.
La red de vigilancia ha ido creciendo en los últimos años y ya cuenta con 21 itinerarios en las Islas (12 en Mallorca, 7 en Menorca y 1 en Ibiza y en Formentera. «Las poblaciones de mariposas en las Baleares, incluidas dentro de la región árida de la red CBMS, a menudo muestran dinámicas diferenciadas a las del continente», informa Paul Colom.
El investigador explica que el caso más paradigmático es el de la blaveta comuna (Polyonimatus icarus). «El 2023 fue un año malo para esta especie en Cataluña, mientras que en las Islas su especie hermana, la blaveta comuna africana (Polyommatus celina) aumentó respecto al año anterior. Este contraste muestra la necesidad de seguir tendencias específicas para las Islas», reflexiona.
A largo plazo los recuentos indican un descenso de las especies sedentarias como la saltabardissess de solell (Puronia cecilia), la moreneta meridional (Aricia cramera) o la bruna del prat (Maniola jurtina). En cambio especies migradoras y generalistas como la blaveta estriada (Leptotes pirithous), la migradora dels cards (Vanessa cardyu), la pòntia comuna (Pontia daplidice) o la blaveta de l’Heura (Celastrina argiolus) han mostrado incrementos poblacionales en los últimos diez años.
«Entre las novedades más destacadas está la expansión de las mariposas del género Danaus. Entre 2023 y 2024 la mariposa monarca (Danaus plexippus) se ha registrado hasta en seis itinerarios de Mallorca mientras que la mariposa tigre (Danaus chrysippus) lo ha hecho en cinco itinerarios de Mallorca y en tres de Menorca. Estas dos especies se encuentran en Baleares muy vinculadas con el seder (Gomphocarpus fruticosus), una planta tropical naturalizada en ambientes húmedos y en zonas agrícolas», detalla el experto.
Hay especies procedentes de otros territorios que ya están criando en Baleares, algunas incluso, como la mariposa monarca, son capaces de cruzar el Atlántico. Se observó por primera vez en 2008 en Mallorca y Menorca y en 2022 ya hubo un boom de individuos en todas las Islas. Un año después el grupo de investigación constató que al menos dos poblaciones habían sobrevivido al invierno y completado su ciclo en Mallorca. Está criando en las Islas.
La mariposa tigre, en cambio, continua llegando a finales de primavera y verano, pero no parece establecer poblaciones residentes. «Este proceso ejemplifica claramente la expansión de especies subtropicales en nuestras latitudes, favorecida por los inviernos suaves y los veranos más largos», dice Pau Colom.
«Los retos de futuro pasan por consolidar el seguimiento a largo plazo de los itinerarios existentes y ampliar la cobertura con nuevos itinerarios, especialmente en las Pitiusas y en áreas con presencia de especies raras en las Islas como el angelet comú (Leptidea sinapis), la Pandora (Argynnis pandora) o la centella balear (Gegenes pumilio), que continúan infrarepresentadas en el seguimiento balear», concluye el coordinador del proyecto.
Ahora resulta que todo lo balear viene de África.