La Conselleria d’Educació ultima el cambio normativo para que los alumnos de los colegios públicos de Balears tengan prohibido consumir bebidas energéticas en las salidas escolares y viajes de estudios. El veto se aplicará desde el inicio de este mismo curso y se incluirá en el decreto que desde 2019 ya prohíbe la venta de estos productos en cafeterías, comedores y máquinas expendedoras de centros escolares. La razón que motivó esta restricción, que ahora se extiende, es porque contienen altos niveles de cafeína y otros ingredientes perjudiciales para la salud, especialmente para los menores.
Cada colegio e instituto público (los concertados quedan al margen) deberá incluir esta limitación en sus Normas de Organización, Funcionamiento y Convivencia (NOFIC) porque será de obligado cumplimiento y, por tanto, se aplicarán las medidas adecuadas en caso de incumplimiento. La extensión del veto se impulsa después de que el Parlament aprobara una propuesta en este sentido a instancias de PSIB. El propio diputado del PSIB Álex Pitaluga, que es docente, explicó durante su aprobación que en ocasiones los alumnos experimentan episodios de sobreexcitación y estados de nervios que no causados por estos productos.
Desde Educació también explican que se trabajará conjuntamente con las consellerias de Salut y Agricultura, así como con la plataforma Alimentant el Futur para difundir el consumo de alimentos saludables. El decreto que ya regulaba el consumo de estos alimentos perjudiciales en los centros, y entre los que también entraba la bollería y las chucherías, estableció las condiciones y criterios para programar los menús y la frecuencia de consumo semanal, así como para que se elaboren los platos.
Entre las medidas que implantó la normativa está el hecho de que como primeros platos haya legumbres una o dos veces por semana; y que los segundos lleven como guarnición ensaladas variadas tres o cuatro veces por semana; y patatas, hortalizas y legumbres, una o dos veces a la semana. En relación con los postres, se recomienda fruta fresca y de temporada cuatro o cinco días por semana y que los demás días consistan preferentemente en yogur, queso fresco, requesón y fruta seca. Entre los requisitos de elaboración, el decreto estableció el uso prioritario de productos de proximidad y de temporada, el uso del aceite de oliva virgen para cocinar y aliñar, la presencia de agua como única bebida, la priorización de carnes blancas y magras, y la alternancia de pescado blanco y azul.
Los precocinados como croquetas o pizzas se pueden ofrecer un máximo de tres veces al mes, y las salchichas y hamburguesas u otros preparados cárnicos, como máximo, cuatro veces al mes. Además, el precio máximo del menú escolar de los colegios públicos de Balears es de 6,5 euros desde el pasado curso.
Felipe JimenezPara prohibir no hace falta mucha lumbrera, es lo más fácil .