El nuevo curso escolar en Baleares empieza este miércoles con más alumnos matriculados, con pantallas digitales prohibidas en Infantil y estrictamente reguladas en 1º, 2º y 3º de Primaria y con récord de plazas docentes cubiertas a pesar de las dificultades que hay para completar y fidelizar plantillas. También se estrenan unos nuevos currículos que introducen más horas dedicadas a Matemáticas y Lenguas con el objetivo de reforzar y mejorar los datos académicos.
El periodo escolar empezará este septiembre con un total de 18.779 docentes y 161.201 alumnos. En el caso de los estudiantes, destaca que solo sean 113 matriculados más que el pasado curso, un dato que evidencia una destacable ralentización global en el crecimiento demográfico escolar balear. Mientras otras comunidades autónomas directamente pierden alumnado, las Islas ganan, pero de forma mucha más contenida.
Sin ir más lejos, entre los cursos 2022-2023 y 2023-2024 hubo una subida de matriculaciones de 1.183. Esto se debe a que la Comunitat sigue incrementando población al atraer trabajadores en el sector servicios. En este sentido, hay una diferencia entre centros públicos y concertados. Los primeros matricularán a 823 alumnos menos mientras que los segundos ganan 936 respecto al curso anterior. Una tendencia que empezó el pasado curso y que los sindicatos de la pública achacan a una decisión política de la Conselleria.
La regulación de los dispositivos digitales se impulsa para tratar de paliar sus efectos nocivos, como la falta de concentración por su instantaneidad o la pérdida de cultura del esfuerzo, así como múltiples problemas de salud mental. En 1º, 2º y 3º de Primaria solo se usarán como excepción en los casos en que se desarrollen programas específicos que incorporen plataformas digitales y, en estos casos, también se limitan a un máximo de una hora semanal. En 4º de Primaria los alumnos podrán usar estos dispositivos de forma individual una hora al día, mientras que en 5º y 6º se permitirá ampliar este límite siempre que sea compatible con los objetivos pedagógicos y el bienestar del alumnado.
Además, entra en vigor la prohibición de los móviles en centros públicos y concertados tanto en horario lectivo como en el recreo, períodos dedicados a actividades complementarias y extraescolares como salidas. Como excepción, se podrá autorizar el uso de estos dispositivos en casos justificados por circunstancias individuales concretas, especialmente las de carácter médico.
A pesar de la crisis docente que cada año complica más las cosas a la hora de completar y fidelizar plantillas, el curso empieza con solo ocho plazas docentes vacantes, cuando en el pasado septiembre hubo 117 y en el anterior 85. «Tenemos que congratularnos porque en Formentera están todas cubiertas; solo hay cinco pendientes en Mallorca y tres en Ibiza», ha explicado este lunes el conseller Antoni Vera, destacando que «la mejora es muy significativa».
La mayoría de estas ocho son de Formación Profesional, por lo que todavía queda una semana más para cubrirlas antes de iniciar las clases, que arrancan el 19 de septiembre. Vera ha señalado que esto se ha logrado por diversos factores, como los complementos económicos para plazas de difícil cobertura o que se adjudicaran plazas a interinos a finales de julio y principios de agosto y no un día antes de empezar clase. También ha repercutido a favor que se actualizaran las bolsas de interinos para filtrar personas que ya no estaban interesadas.
La Conselleria de Educació ha trabajado también en el aumento de plazas de 0 a 3 años, y este año se ponen en marcha 1.702 plazas nuevas, por lo que se dispone de más de 14.140 plazas. Además, se ha habilitado un mapa en el que las familias pueden consultar todas las plazas vacantes que existen en los municipios de Baleares.
Durante este curso también se ponen en funcionamiento cuatro colegios nuevos: el CEIP de Can Picafort (450 plazas), Ses Deveres de Caimari (225 plazas), Sant Miquel de Son Carrió (150 plazas) y el Tramuntana en Palma (675 plazas). También hay en marcha actuaciones de obra mayor y menor por valor de casi 95 millones de euros en diferentes centros de las Islas.
La Conselleria d’Educació ultima el cambio normativo para que los alumnos de los colegios públicos de Baleares tengan prohibido consumir bebidas energéticas en las salidas escolares y viajes de estudios. El veto se aplicará desde el inicio de este mismo curso y se incluirá en el decreto que desde 2019 ya prohíbe la venta de estos productos en cafeterías, comedores y máquinas expendedoras de centros escolares. La razón que motivó esta restricción, que ahora se extiende, es porque contienen altos niveles de cafeína y otros ingredientes perjudiciales para la salud, especialmente para los menores.
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