Baleares cerró 2024 con un total de 18,7 millones de llegadas turísticas, 900.000 más que el año anterior. No obstante, las Islas absorben todavía más visitas de las que están computadas como llegadas turísticas en las estadísticas oficiales. A los turistas que pernoctan se debe añadir las visitas de los que no llegan a pasar la noche en el Archipiélago y que, por ello, reciben el nombre de excursionistas.
La inmensa mayoría de estos viajeros catalogados como excursionistas son cruceristas que bajan del barco para pasear por el centro de Ciutat y que no pernoctan en las Islas. Según el Institut d’Estadística de Balears (IBESTAT), el pasado 2024 se contabilizaron 1,5 millones de cruceristas que bajaron a tierra firme sin llegar a pernoctar. La inmensa mayoría se concentró en la isla de Mallorca (poco más de un millón), mientras que del resto unos 394.000 lo hicieron en Eivissa y unos 67.000 en Menorca. El año anterior, 2023, la cifra había sido un 5 % mayor, alcanzando los 1,6 millones.
Si sumáramos a estos excursionistas a las cifras de llegadas que recogen el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el IBESTAT a partir de la encuesta de movimientos turísticos en fronteras (FRONTUR), el número total de visitas en 2024 sobrepasaría los 20 millones.
Desde el Fòrum de la Societat Civil abogan por que se elaboren unas estadísticas de mayor transparencia y fidelidad a la realidad que ayuden a centrar el debate sobre las llegadas turísticas de Baleares. «Una estadística de baja calidad implica una democracia de baja calidad», señalaba la portavoz de la plataforma Margalida Ramis para añadir que «el tema de las estadísticas es un drama». Ramis (GOB) y el portavoz de Palma XXI, Jaume Garau, dos de los principales interlocutores del Fòrum con el Govern, critican que los recuentos de las llegadas prescindan de las cifras de este tipo de cruceristas, por ejemplo, lo que devalúa la fiabilidad de la estadística.
Un problema de dimensiones mayores cuando se tiene en cuenta que todo el proceso del Pacte per la Sostenibilitat se ampara en la defensa de «datos fiables» que deben justificar las decisiones y medidas a tomar. Al no disponer de estos datos, denuncia Ramis, «hemos de tirar de encuestas de percepción».
Quina ABERRACIÓ. I tot costa avall sense frenos, amb la població ben fotuda, i només beneficiant-se una minoria d'abusons obscena i pocavergonya depdredadora. P R O U !!!