Marina Barceló, la acróbata mallorquina que murió el sábado al caer de un trapecio durante una actuación circense en Alemania, era gimnasta y trabajaba como artista de circo desde 2018. La joven, de 26 años, cayó de unos cinco metros de altura en el circo Paul Busch.
El accidente tuvo lugar ante unas cien personas que presenciaban la función, entre ellas numerosas familias con niños. «El equipo de intervención en crisis se puso inmediatamente en marcha y atendió a los espectadores y al resto de empleados del circo», explicó el portavoz de la policía local, Stefan Heiduck. Los asistentes salieron de la carpa tras la caída de la joven mallorquina y se dirigieron a sus casas. Las autoridades les ofrecieron ponerse en contacto con líneas de atención telefónica de ayuda, sobre todo para los más pequeños.
El circo ofreció su primera función el viernes pasado y tenía previstas varias más para los días posteriores. El portavoz policial apuntó que el Paul Cusch desmontará la carpa tras la muerte de la joven mallorquina. «Es una experiencia terrible, un shock, sobre todo para los visitantes y los niños», dijo el presidente de la Asociación Alemana de Circos, Ralf Huppertz.
Marina Barceló trabajó en decenas de escenarios en España, Andorra, Polonia y Alemania, según su web en la que se define como artista de circo, acróbata y bailarina. «Especializada en todo tipo de números circenses como funambulismo, rutinas aéreas y muchos más».
La joven explicaba que su trabajo abarcaba diferentes disciplinas y que también disfrutaba encarnando personajes, como la Sirenita en un acuario real, «que transportan al público a mundos mágicos».
En Paz descanse