La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a ocho años y siete meses de prisión a un celador del Hospital Nacional de Parapléjicos por abusar sexualmente de una paciente mallorquina de 18 años con tetraplejia severa en mayo y junio de 2021. El Tribunal impone además al procesado, que negó los hechos en el juicio, que indemnice a la víctima, que fue asistida por las abogadas Martina Cladera y Mercedes Hermoso, con 15.000 euros por el daño moral ocasionado. Asimismo no podrá desempeñar ningún empleo o cargo público que conlleve contacto regular con personas discapacitadas físicas o intelectuales durante cinco años.
El fallo de la Sección Segunda, al que ha tenido acceso Ultima Hora, considera probado que el trabajador, el 28 mayo de 2021 se cruzó por el pasillo de la planta 0 con la víctima, que había ingresado en el centro en abril. Se dirigió a ella con un «qué guapa eres», le preguntó si tenía novio. Escuchó un «no» y sin mediar palabra, y aprovechando las limitaciones funcionales que impedían a la chica moverse, le agarró un pecho. Aquel día la paciente no dijo nada a nadie al sentirse avergonzada.
Apenas unos días después tuvo lugar el segundo episodio, concretamente el 2 de junio. La joven se volvió a encontrar al celador cerca de la cafetería y le pidió un cigarro y el varón le dijo «te lo doy, pero aquí no, en el baño». Ella le acompañó y allí, tras cerrar la puerta con pestillo, colocó la silla de ruedas contra la pared, le retiró el collarín cervical, la besó, le bajó los pantalones y le introdujo varios dedos en la vagina. Tras esto se bajó los pantalones, le exhibió el pene y trató de penetrarla, pero no pudo. Antes de abandonar el servicio le dijo «qué pena que estés en una silla de ruedas». En todo momento la chica le pidió que parase. La víctima contó días después lo sucedido a su compañera de habitación y varios sanitarios del hospital.
Durante la vista el procesado negó los abusos. Admitió que en el primer episodio se cruzó con ella en el pasillo y le dijo «ya somos novios» sin que hubiese connotación sexual. Y en el del cigarro, que la acompañó a fumar al baño para hacerle un favor, ya que no quería que su madre se enterara que fumaba. En aquel momento la madre, relata la sentencia, estaba en Malorca. Dentro del servicio la «ayudó a lavarse las manos y beber» y que nunca la tocó con intención sexual. El Tribunal advierte en el fallo de las contradicciones del procesado, que en Instrucción dio una versión distinta y añade que su explicación es «incongruente y poco creíble».
Sobre la versión ofrecida en el juicio por la víctima, la sentencia destaca que fue «súmamente coincidente con el testimonio de la misma durante la fase de Instrucción». La perjudicada recordó punto por punto lo denunciando en su momento. Trabajadoras del hospital, su compañera de habitación y la Policía Nacional confirmaron que en su día la chica les relató de igual forma lo que ocurrió en el centro.
La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.
Vicent MartínPero es un hombre… Punto.