Desbordados. Así estaban ayer los organizadores de la segunda edición de la carrera festiva San Silvestre Nocturna que se celebraba anoche en Alaior. Y es que unas 200 personas más decidieron apuntarse a esta prueba atlética tan solo unos minutos antes de que comenzara.
La participación a la única carrera festiva nocturna del calendario menorquín logró ayer casi doblar las cifras del año pasado. Así es como hasta 396 corredores, frente a los 221 de la edición anterior, decidieron ponerse las deportivas y algún que otro atuendo para dar un toque de humor a este encuentro anual.
Mejicanos, marineros, árboles de Navidad, gallinas, piratas, jinetes, pitufos, sevillanas y muchísimos papá noel desfilaron con arte ante los cientos de visitantes que no se quisieron perder una cita tan surrealista. Las calles y plazas de Alaior vivieron una segunda jornada carnavalesca, sólo unos días antes de despedir el año.
Tras celebrarse las pruebas para los más pequeños (iniciación, benjamín y alevín e infantil-cadete) se dieron cita las carreras más esperadas, aquellas en las que el arte de la farándula no tuvo desperdicio. En la prueba popular, con un recorrido de 1.660 metros, consiguieron el primer puesto del podio Adberragim Boker y Laia Riudavets, mientras que los ganadores absolutos de la San Silvestre fueron Joan Moreno y Marina Bagur los primeros en completar los 5.000 metros.
Pero ayer no era necesario llegar el primero para tener premio. Los disfraces más curiosos, llamativos o mejor ideados, también tuvieron recompensa. Fueron unos árboles de Navidad, unas playeras y un grupo de sanfermines con su toro los más laureados. En infantiles tuvieron premio un perro, un Peter Pan y una Caperucita Roja.
El responsable de Lô Sport, Rafael Quintana, no salía ayer de su asombro. "Es una carrera sin precedentes en la Isla", aseguraba emocionado al ver tanta participación en esta prueba atlético-humorística.