Cuando uno piensa en Kenya, lo primero que se le viene a la cabeza son los leones, rinocerontes, elefantes y demás animales que se pueden observar en los característicos safaris de la zona. Al mismo tiempo, las mentes más obsesionadas con el deporte piensan directamente en los míticos corredores kenianos.
Y es que el atletismo y dicho estado africano comparten una vínculo muy especial que convierte al país en uno de los que más metales acumula en el medallero olímpico y mundial en las pruebas de fondo y medio fondo. De hecho, los atletas de fondo kenianos son reconocidos por su gran resistencia. Su predisposición genética, unida a su alta actividad física desde su infancia en altitudes mucho más elevadas —unos 2.400 metros sobre el nivel del mar— de las que puede haber en Europa explican gran parte de su éxito.
Es por ello que, aprovechando unos días de vacaciones, el mediofondista menorquín Xavi Cubas (Maó, 1998) viajó hasta el corazón de África para, además de realizar un safari, conocer de primera mano los secretos detrás de los grandes logros del atletismo keniano, entrenándose junto a algunos de los mejores corredores en la actualidad. Además, el momento era idílico al coincidir con las semanas inmediatamente previas a la Jornada Final del Ascenso a Primera en la que su Lô Esport Menorca logró el objetivo.
Centro de entrenamiento
La idea de irse a 6.000 kilómetros de casa surgió durante un aburrido sábado lluvioso en Palma, donde vivía este invierno hasta que se mudó a Madrid. «Me dije a mí mismo ‘tengo ganas de hacer un viaje y que sea algo diferente’. Y me puse a mirar diferentes opciones: que si irme a México a visitar a un amigo, que si ir a Noruega a hacer un voluntariado cuidando perros...», relata.
Tras estar barajando varios destinos, finalmente escogió Kenya, un país que siempre le «había llamado la atención». Así pues, Cubas se plantó a mediados de mayo en la ciudad de Iten, declarada Patrimonio Mundial del Atletismo por la World Athletics, el órgano de gobierno del atletismo a nivel mundial, para alojarse en el centro de entrenamiento del catalán Jordi Soler, cofundador de la marca de material deportivo OTSO y un asiduo veraneante en Menorca al que Cubas conoció gracias a las carreras populares que se organizan cada verano.
«Este centro de entrenamiento está habilitado para ayudar a los atletas locales y tiene varias habitaciones, gimnasio, sauna... Había hasta un cocinero que prácticamente estaba solo para mí, ya que era el único huésped», comenta. Coincidiendo un par de días con Soler, quien dona material deportivo a todos aquellos atletas locales que lo necesitan, Cubas se estuvo entrenando cada día en un grupo de 20 atletas, aunque se podía llegar a cruzar con grupos de 100 o 200 personas corriendo. «Se pasan el día corriendo», afirma.
Nivel altísimo
Y él no iba a ser menos. «Se nota mucho la diferencia en cuanto al nivel, aunque también hay que tener en cuenta el periodo de adaptación a la altura», señala. «Además, el terreno no es para nada plano, todo es tierra... los primeros días cuesta mucho. La primera semana estuve haciendo rodajes para aclimatarme a la altura y la segunda ya estuve haciendo series», apunta.
De hecho, la pista de tierra es una de las cosas que más le sorprendieron. «Cuando la ves, impacta mucho. Aquí es donde entrenan o se han entrenado atletas y campeones del mundo como Kelvin Kiptum o Eliud Kipchoge. Siempre está llena de corredores», indica.
«La verdad es que disfruté mucho de la experiencia. El ritmo de vida en Kenia es muy tranquilo, aunque en unas condiciones en las cuales no creo que a ningún europeo le gustaría vivir. Pero ese es su día a día», recuerda un Xavi Cubas afortunado de haber podido sentirse como uno de sus ídolos.