No se trata de ser derrotistas, pero el realismo indica que el partido que debe jugar este mediodía el Menorca Bàsquet en la Caja Mágica frente al Real Madrid aparece como un trámite desprovisto de toda presión para el conjunto de Paco Olmos. Y es que sus opciones para sorprender al coloso blanco de Sergio Llull, al que nunca ha vencido en la ACB en sus ocho enfrentamientos anteriores, son muy reducidas. Existe alguna opción, claro que sí, aunque ésta pasa por jugar el partido perfecto en defensa –que el Madrid no se aproxime a sus más de 77 puntos por partido, que es su media anotadora– y que además los de Messina rebajen su rendimiento habitual en varios niveles.
No es éste un partido de la Liga del Menorca, pese a llegar a él con un rastro de cuatro derrotas consecutivas que le sitúan en el umbral de la zona de descenso. El grupo de Olmos, en todo caso, buscará ofrecer la mejor imagen combativa posible e ir ganando segundos al crono para mantenerse en la pelea contra más tiempo posible, mejor. Y después, ya se verá. Un buen resultado, aunque fuera una derrota, podría reforzar la moral del equipo para encarar el partido del próximo miércoles, en Maó, ante el Bilbao, y el siguiente ante el Manresa, vital.
Arropado por un grupo de menorquines desplazados a la capital de España para seguir a su equipo, el Menorca topará con el segundo proyecto que lidera Ettore Messina, profundamente renovado respecto al año anterior y que se presenta con el estrellato ganado a pulso del mahonés, Sergio Llull. Ahora en funciones de escolta, el jugador que inició su brillante carrera en el CB La Salle Mahón, es el alma del equipo tanto por su aportación tangible en puntos, recuperaciones y asistencias, como en la intangible por el plus de energía que contagia al resto y a la propia afición que le idolatra.
Junto a Llull, otros dos nacionales son el sustento del equipo, el joven Carlos Suárez, triunfador en su primer año en la casa Blanca –cuarto jugador más valorado de la ACB–, y el incombustible Felipe Reyes, baja hoy por lesión. El pívot y el escolta son los máximos realizadores del equipo (11,5 y 11,3 puntos por partido). El Madrid, empecinado en acabar con el reinado del Barça sin conseguirlo, posee una plantilla larga y variada, el tercer mejor ataque de la Liga, la segunda mejor defensa, y es también el segundo equipo más valorado del campeonato en el que ocupa la segunda plaza con sólo tres derrotas, y ninguna de ellas en su propia pista. La intimidación de sus pívots, Fischer, Mirotic, Reyes y Tomic, hacen que sea el líder en tapones efectuados. Es, además, el equipo que menos balones pierde y el segundo que más faltas recibe. En suma, un conjunto de los punteros de Europa que se halla a mucha distancia del Menorca Bàsquet en este nuevo enfrentamiento.