A los 23 años, Sergi Llull recibirá su primer homenaje, el que le hará el Menorca Bàsquet el próximo domingo en el prolegómeno del encuentro que medirá a 'su' Real Madrid con 'su' Menorca. "Para mí este homenaje es una motivación más para seguir trabajando, para crecer e intentar llegar lo más lejos posible", explica el jugador, que recibirá la insignia de oro de manos de Benito Reynés, presidente del club menorquín. En una entrevista recogida en la web del Menorca, el escolta admite que no duda en pasear su bandera menorquina "por donde vaya, cuando voy con la selección estoy orgulloso de ser menorquín". El mismo sentimiento que despierta entre la afición cuando se observan sus progresos, la última, la clasificación para la Final Four de la Euroliga.
La fiesta en su honor del domingo supone "un motivo de alegría, me hace sentir orgulloso del club de mi tierra; es una situación que sueñas de pequeño y seguro que será un momento muy emocionante ante tanta gente que me conoce". Llull, que dejó la Isla a los 15 años rumbo a Manresa, reconoce que el Menorca Bàsquet "merece estar en la ACB" porque "ha demostrado durante estos años un nivel suficiente en todos los ámbitos, el apoyo de toda la gente y, sobre todo, una afición que por encima de todo ama el baloncesto".
Ante la nueva situación que vivirá el primer club balear de baloncesto, el mahonés apela a "fortalecer un proyecto que tiene vida, que se puede mantener y que genera ilusión a Menorca a través del baloncesto" e invita al club "a mantener la ilusión por el proyecto, tomar conciencia de las posibilidades deportivas y cuidar la ilusión entre una afición que el equipo necesita siempre a su lado".
Llull quiere "agradecer al Menorca Bàsquet y a toda la gente que ha pensado en mí para este premio que considero al trabajo bien hecho".
un pasado intenso y cercano
Sergio, hijo del ex presidente del Menorca, Paco Llull, vivió siempre de cerca los éxitos del club como el ascenso a la EBA, en la temporada 93-94. "Soñaba algún día poder estar jugando allí", reconoce, una aspiración que superó con creces hace ya algunos años.
El jugador del Real Madrid admite que "entrenadores, compañeros, todos me han marcado un poco pero los que siempre han estado allí han sido mi padre, mi madre y mi hermano, en los buenos y no tan buenos momentos, preparados para apoyarme y animarme a seguir adelante".
Cuando Llull empezaba a despuntar en el CB i Unió Manresana, en el 2005, Tisi Reynés, el hasta ese momento único jugador menorquín que había probado la ACB, lideraba el proyecto del Menorca. "Tisi ha sido un espejo para todos los jóvenes de la Isla, fue el primero en dar el salto a la ACB y de quien se puede aprender mucho", dice.