Desenlace agónico pero feliz (89-87), que es lo importante, porque el Menorca sumó anoche su segundo triunfo en el regreso a la Adecco Oro frente a un contestatario Knet&Éniac. Lo hizo por la vía de la taquicardia aunque de la misma forma que pudo haberlo perdido porque la última pelota para ganarlo la tuvo el rival riojano.
La victoria, no obstante, no esconde el juego ramplón del combinado menorquinista que, además, se recreó en una defensa insuficiente si valoramos a este plantel como un candidato al ascenso.
Dependencia excesiva de un Arteaga imparable en ataque, a Coppenrath que todavía se le espera más allá de ciertos problemas físicos, y especialmente, lagunas defensivas que impiden dar sentido y ritmo al juego colectivo hasta concluir en un partido afeado por más que lo aguantara la incertidumbre del marcador. Pese a todo, sonrió el triunfo porque entraron los tiros finales a la espera de crecer en el juego y mejorar el miércoles en Girona.
De salida buscó la sorpresa Jesús Sala alineando a sus hombres en zona 2-3 para empezar, y con un sólo pívot en pista, Chubrevich. Pero el resultado fue mínimo salvo que provocó dos faltas en apenas un minuto a Coppenrath. Y es que pese al propósito riojano de alejar a los postes del Menorca, el resultado fue el contrario.
Una vez más Oliver Arteaga reinó en la pintura, imparable para sus rivales. pese a los continuos cambios defensivos que introducía el técnico rival. Sala paró el partido tras un parcial de 8-0 (12-5), y modificó su estrategia alineando ahora a Lawal y Herrero. El partido, no obstante, mostraba inclinación hacia los mahoneses que cerraban el cuarto 6 puntos arriba (21-15).
Insistió Sala en los cambios defensivos en zona e individual en el nacimiento del segundo tramo, pero ahora, la combinación entre Herrero, notable, y Mejeris en la pintura sí secó la producción del Menorca con Arteaga en el banquillo. Un sorprendente parcial de 2-11 volteó el marcador y trajo la preocupación a la grada (23-26) y al técnico local que rotaba y rotaba a los suyos sin dar con el mejor quinteto. El catalán tuvo que parar el partido y devolvió a pista a Coppenrath quien, fuera de juego, cometió en seguida la tercera falta.
El corazón de Urko y un par de canastas de Navarro restablecieron la ventaja (30-26). Una falta, seguida de una técnica sobre Jiménez sostuvieron al Knet&Éniac en el marcador, y volvieron a ponerlo por delante (31-35 a 2'28), pero tras un nuevo tirón menorquinista, cinco puntos consecutivos del pequeño gran base riojano, Witt, dejaron el tanteo en un ajustadísimo 41-40 al descanso.
El paso por vestuarios pareció traer a un mejorado Menorca a pista, fundamentalmente porque volvía a jugar Arteaga. Hizo suya la pintura, y junto a los triples de Morentín (2), Blanch y Navarro el equipo de Berrocal parecía haber hallado la piedra filosofal para poner tierra de por medio (59-49 a 5 minutos del final). Pero la fluidez arriba no se correspondía con la eficacia atrás.
Si Arteaga era imparable para el Knet&Éniac, el base americano Mat Witt lo era para el Menorca. Se trata de esa clase de directores de juego completos que pasan, anotan y corren. Ayer asumió responsabilidades ofensivas y dio un recital. Sus 10 puntos en este acto -dos triples incluidos- dejaron a su equipo con opciones para encarar el definitivo (70-66).
Sala dio descanso a Herrero y Witt de salida, pero el Menorca no supo aprovecharlo. El partido caminó hacia la resolución taquicárdica porque Lawal y Bonds, ahora sí, echaban el cierre a Arteaga y además hallaban soluciones en una defensa mahonesa excesivamente blanda.
Los 7 puntos de renta que llegó a tener el cuadro de Berrocal (74-67, a 6'33) se fueron esfumando y el partido entró en sus dos últimos minutos con empate a 81 que derivó en un tenebroso 82-83 a falta de 60 segundos.
Cuatro tiros libres consecutivos de Jiménez fueron respondidos por Witt con una canasta y otros dos tiros libres para poner por delante a su equipo a 10 segundos del final (86-87). Navarro anotó otros dos tiros libres (88-87) a 7'' y Bonds falló el último para ganar el partido con el crono ya a cero. Un tiro libre posterior de Blanc por la falta en el rebote dejó el 89-87 final.