Josep Maria Berrocal levanta su semblante serio, con esa media sonrisa que inquieta porque controla la situación y dice: "Este 2-0 en la semifinal y con dos partidos en casa no es un escenario soñado sino lo que hemos buscado, lo que nos merecemos, por lo que hemos trabajado. Han sido partidos difíciles pero los hemos sacado. Ahora solo queda pensar en este tercer encuentro. Lo que hemos hecho hasta ahora nos ayuda pero no es suficiente, hay que ganar".
Un discurso de aquellos épicos que valdría para levantar el ánimo a cualquier gladiador deportivo y que pretende calmar el clamor del público, del entorno, de todos aquellos que ven en este 2-0 ante el Grupo Iruña Navarra un salvoconducto directo a la final de la LEB. "Ganar", cinco letras que saben a gloria y por las que merece reír, llorar, sangrar y levantarse. Tras dos rounds, sopla una brisa tranquila en el Pavelló Menorca, que no se torne 'cap de fibló' esta noche.
A las 21 horas el público menorquín tiene una cita preciosa para con el deporte insular. El Menorca Bàsquet tiene en su mano lograr el pase a la final de la LEB, un escenario que en los últimos años se ha repetido pero que no por eso deja de ser más loable. Se logró hace dos años, con el consiguiente ascenso, y hace ocho, cuando se pisó por primera vez la glamorosa alfombra roja de la ACB.
"Todos los partidos que hemos jugado han sido diferentes aunque este será especial porque es nuestro primer combate, si ganamos estamos en la final y si no lo hace el Navarra, está eliminado, pase lo que pase será muy duro", explica Berrocal, que apuesta esta vez por un monólogo más calmado tratando de apaciguar ese probable delirio de grandeza que ha embaucado a más de uno tras dos brillantes victorias a domicilio, una asignatura pendiente en la reválida de la fase regular. "Habrá un plus de agresividad, de intensidad, de dureza...", avisa y recalca: "Se dan demasiadas cosas por hechas, como si el Iruña no puede ganar aquí, si se habla demasiado de la final o de la ACB pero no existe nada más que el jueves".
El rival es un Navarra conocido pero capaz de reinventarse. "Tienen muchos jugadores y muy buenos pero lo importante es que hagamos lo que debemos, marcar nuestro ritmo de partido, estar muy duros, agresivos, intensos, saber utilizar bien las rotaciones, mejorar donde nos hicieron daño y presionar donde lo hicimos nosotros" subraya el catalán que destaca en el grupo de Ángel González Jareño a "Uriz, la capacidad de triples, el rebote y el contraataque, puntos que podemos mejorar con respecto al segundo partido" porque al fin y al cabo si el Menorca quiere estar en la final "hay que hacer más de lo que hicimos en Pamplona".
Atento al quite, Berrocal asegura que "no pierdo ni un segundo pensando en la final, ni tampoco hablaré de ella, me importa este partido y luego, como si la jugamos contra el Barça o los Lakers". Pero, ¿como se llega a ese definitivo momento? "El camino es ser mentalmente muy fuertes, ser físicos, tener una defensa sólida y hacerlo mejor en ataque. Todo pasa por tener la defensa sólida. Saber que ellos vendrán con el hacha en la mano". Y si los navarros quieren bronca, la encontrarán, "porque no hay arma secreta, por encima de la táctica o de los detalles está que los jugadores lo den todo en la pista, como ya dije antes de viajar a Pamplona, defender como animales".
Para el ex del Barça, "es importante que la gente venga, nos dé su apoyo, me gustaría que la gente, como el equipo, vaya a más y venga con las mismas ganas que tienen los jugadores de disputar este partido". Así, juntos y dándolo todo, se dará un gran paso para el Menorca aunque un pequeño paso para la ACB.