El triunfo sigue sin llegar. El Hestia Menorca quedó la noche de este sábado en el umbral de materializar su primera victoria en LEB Plata ante un Arcos Albacete que firmó una actuación progresiva, emergente, de menos a más, lo que repercutió de forma determinante para neutralizar la holgada renta con la que el conjunto de Oriol Pagès marchó al descanso (+18; 38-20) y posteriormente promover el empujón definitivo en unos cinco minutos finales en los que el Hestia se cortocircuitó para rubricar una nueva decepción, la cuarta en cuatro jornadas, a pesar de que batalló contra su suerte hasta el segundo final (58-60).
Atenazado, víctima de esa ansiedad de la que no consigue escapar y que no hace sino incrementarse a medida que los tropiezos se amontonan, el cuadro insular apenas rescató, a nivel individual, la aportación de Matalí (8 puntos y 4 rebotes), a ratos la de Richaud Pack (12 puntos, pero muchos fallos en los libres, 4/10) y por momentos también la de Pitu Jiménez y Xavi Hernández. Por lo demás, demasiada intermitencia, escasa producción interior y aunque se adecentó el porcentaje en tiros de campo en relación a las citas precedentes, la mejoría se distinguió insuficiente para un Menorca que, paradójicamente, sí mostró una compacta y eficaz versión de equipo en los primeros dos periodos, pero se desplomó paulatinamente cuando el duelo incursionó en su fase más candente.