Llegó el gran día. El Hestia Menorca disputa en la tarde-noche de hoy el primer partido de su corta historia en LEB Oro, en lo que por añadidura significa el retorno de la Isla a la segunda categoría del país, después de más de un decenio fuera de la misma.
El Melilla Ciudad Baloncesto será el rival, idéntico adversario ante el que el antiguo proyecto jugó su último partido en Bintaufa, en mayo de 2012, pocas fechas antes de sellar su defunción por motivos económicos, por lo que el destino, en ese sentido, ha tenido un guiño a la nostalgia.
Sin embargo, una abismo de distancia media entre la actual y aquella ancestral confrontación a pesar de haber discurrido poco más de una década, puesto que entonces, menorquines y norteafricanos litigaron por un puesto en la ACB, en tanto que en el presente, el Menorca conforma un proyecto que se estrena en la liga y el Melilla, aún siendo un club decano en la categoría, viene de rescatar su plaza en los despachos, luego del descenso deportivo sufrido al terminar el curso 2023.
Por tanto, la incertidumbre que rodea cualquier arranque de curso se multiplica de modo exponencial en función de la realidad de ambos equipos. Para el Hestia Menorca, el partido, no solo impone el inicio de curso y el enfrascarse en un estadio competitivo novedoso y de mayor exigencia, sino también la presentación del proyecto ante su afición, a la que por otra parte, a base de victorias y notables temporadas, ha acostumbrado al éxito.
La incógnita radica por tanto en saber como responderá la parroquia insular, no esta noche obviamente, pero sí en adelante, en caso de que el equipo arranque el curso con un balance negativo y se amontonen las derrotas, lo cual no sería por nada ilógico, en función de la naturaleza del proyecto, como también por su inexperiencia en la categoría. Otro de los interrogantes que se ciernen sobre la grada alude a cuanta cantidad de aficionados será capaz de convocar el Menorca en su puesta de largo en LEB Oro. La mágica atmósfera que se generó durante la velada en que se certificó el ascenso a la misma, el pasado 20 de mayo, es un precedente de lo más evocador, que difícilmente a corto plazo se repetirá, pero cuanto menos sí vale de referencia para tomar conciencia de que hoy a la noche el Pavelló entrará en combustión para contextualizar una jornada histórica y con sus mejores galas.
En el aspecto deportivo, el Hestia Menorca ha convivido a lo largo de la semana con la incertidumbre de si podrá contar con Álex Tamayo para este estreno liguero. El exescolta de Estudiantes y uno de los héroes que integró el colectivo menorquín que obró el ascenso hace cuatro meses y medio, arrastra una molestias en los músculos isquiotibiales, que se originaron en el último amistoso de pretemporada del Hestia Menorca, ante el Palmer Mallorca Basket, y que en las últimas horas no habían remitido.
Javi Zamora, en su comparecencia previa al partido, advirtió que no se forzará a un jugador tan importante como Tamayo a estas alturas, en una primera jornada, y que su concurso en el encuentro no se decidirá hasta momentos antes del mismo. En lo que atañe al resto del equipo, en principio están todos en disposición de ser de la partida y por tanto de contribuir a que la de hoy sea la noche que enmarque el primer éxito del Hestia Menorca en LEB Oro.
Para orientar el objetivo, el cuadro menorquín, además de pragmatizar al máximo rendimiento sus armas (defensa, transición, tiro exterior, convicción y factor cancha), sabe de la necesidad de poder contener, o en la medida posible de mitigar, la capacidad anotadora del cuadro melillense, un bloque que ofensivamente funciona por rachas, como también gusta de promover un juego desaforado, en velocidad y a campo abierto.
Añadir a lo técnico el elemento emotivo, pues la ilusión y ambición por irrumpir en la competición se han propagado por Bintaufa y sus aledaños, multiplicándose si cabe en las últimas fechas, en lo que sería la combinación perfecta para que hoy a la noche el Menorca y la Isla entera proclamen la primera victoria de su reaparición en LEB Oro.