El Hestia Menorca, tras perder el pasado domingo en su visita al Movistar Estudiantes, 81-56, en el marco de la jornada 8 de competición, encadena por vez primera esta temporada, y desde que aterrizó en LEB Oro por tanto, tres derrotas consecutivas. Se trata pues del primer bache de resultados en que se encuentra inmerso el colectivo que entrena Javi Zamora, una coyuntura que tampoco puede calificarse de sorprendente, pues su condición de equipo debutante en la liga, como también la talla y nivel de los rivales con los que ha confrontado en las más recientes semanas, especialmente en el más cercano paradigma, con el cuadro estudiantil, dan comprensión a este momento, a la par que sugieren que no será esta la primera racha negativa en que resida el proyecto insular, cuyo fin único es una permanencia que en absoluto se presume sencilla.
No en vano, la exigencia de la segunda liga estatal es de un grado desconocido para el joven proyecto que se aloja en Bintalfa, aunque el proceso de aclimatación a la competición avanza semana a semana. A continuación, revisamos algunos de los puntos y factores que han motivado una racha de derrotas no alarmante pero sí incuestionable, y que ha hecho retroceder al equipo insular hasta el décimo quinto lugar, con idéntico balance, 2-6, que el penúltimo clasificado, el Clavijo riojano.
Tres derrotas. Después de protagonizar en los albores de este mes de noviembre una de las grandes victorias en la cronología, no ya de la temporada, sino desde que hace siete años el proyecto fue alumbrado, al derrotar al entonces líder invicto, Leyma Coruña, que se presentó en Maó con la vitola de adversario inasequible, Gipuzkoa (87-79), Ourense (50-74) y Estudiantes (81-56), por ese orden, han sometido al colectivo insular en los últimos 20 días. Se sabía que el penúltimo mes del año, con un marcado aroma ACB (la totalidad de rivales que depara al Hestia Menorca este tramo de calendario, desde el triunfo ante el conjunto coruñés, son plazas o clubes con pasado en la primera liga) incrementaría el rigor de un torneo complicado de por sí. La sensación es de que ninguno de los tropiezos encajados en ese ramillete de partidos pueden calificarse de inesperado o sorprendente, pero también de que quizá se pudo hacer más en todos ellos en lo que atañe al rendimiento. Y el equipo siempre disfrutó de un buen arranque, esto es, nunca se le ha escapado un partido por entregar el primer cuarto, por lo que dar con una regularidad plena dentro de un mismo encuentro es una premisa para restablecer la línea victoriosa. A modo de atenuante, significar que Betis (último clasificado), Clavijo (penúltimo) y Grupo Alega Cantabria (décimo cuarto) se hallan en cuatro derrotas seguidas, una racha peor que la del Hestia Menorca.
Omar Lo. Relacionado con el apartado anterior, este punto refiere, para empezar, a Omar Lo, el elemento más estimulante de cuanto se pudo apreciar, en clave insular, en la derrota ante Estudiantes. Autor de 14 puntos, a los que sumó seis rebotes, el jugador de pasaporte senegalés, un portento físico, crece a medida que discurren las jornadas. Por contra, su actuación no estuvo aparejada o no encontró reflejo, sobre todo en la segunda mitad, en prácticamente ningún compañero. Muy poco bagaje por tanto para poder, no solo opositar a la victoria, sino para tratar de inquietar al proyecto más poderoso de la categoría. Una lectura que se extiende a otros partidos; ganar a uno de los grandes (y en esta liga, casi todos lo son más que el Hestia Menorca) reclamará la mejor versión de numerosos elementos. Con uno o dos, no alcanza. En ese orden, el juego interior debe sumar más en lo tangible, hay jugadores a los que no se cuestiona la actitud, pero se trata de optimizar la aptitud (y de incrementar su impacto).
u–60. El Hestia Menorca tiene claro cual es su manual de uso, las bases que le sustentan como equipo. Defensa, un juego a pocas posesiones, con indisimulable querencia por los ataques estáticos y prolongados, por la actividad a 5x5, mientras que la acción en transición y a campo abierto, sin ser un recurso desterrado, sí se desarrolla con menor frecuencia, lo cual repercute, salvo la excepción del día del Castelló (85 puntos convertidos entonces, para sellar la primera victoria en la liga), en marcadores a bajo tanteo. El Menorca es el equipo que menos anota (64.1 puntos por cita en las primeras ocho jornadas), por lo que está asumido ese aspecto, pero de los últimos cinco partidos, en cuatro, no ha superado los 56. Un guarismo que le dio para someter al Coruña, pero que, obviamente, obliga a un ejercicio defensivo superlativo, que cuando no se alcanza, se reducen las posibilidades de ganar de modo exponencial.
Rebote. A partir del rebote, un aspecto tan básico del baloncesto, se explican muchas victorias o derrotas, en cualquier nivel, categoría o competición. La LEB Oro no es excepción. En las tres derrotas de más reciente factura, el equipo de Javi Zamora ha cedido también en la lucha por los rechaces. 17-33 contra Estudiantes; 30-35 con el Ourense; y 19-27 en Donosti. Y en el último triunfo menorquín, contra el Coruña, se ganó esa batalla, 41-28… son datos lo suficientemente esclarecedores sobre la importancia y trascendencia de ese aspecto estadístico en la suerte de un partido para el Hestia Menorca (o cualquier otro equipo). Afirmación que por otro lado no es una crítica implícita al juego interior. Nada más lejos, y a modo de ejemplo, revisar la estadística de Adams Sola, base-escolta de Estudiantes, que cazó cuatro rebotes en el duelo del pasado domingo, a excepción de Omar Lo, más que cualquier jugador del roster insular. Obviamente, se trata de un apartado estadístico del que más se responsabiliza a los interiores, pero con certeza, es una labor y deber a desarrollar por todo el colectivo. Rebote es deseo, colocación, intuición, afán de ganar en suma… no solo cuestión de físico y centímetros.
Tramo difícil. Y concluiremos que, ante la inminente visita a la Isla del San Pablo Burgos, un proyecto exACB, con ansia de retornar a la primera liga y que detenta la mejor racha actual de victorias de LEB Oro (el cuadro castellano llegará a Mao después de haber ganado sus últimos siete partidos y compartiendo liderato con Estudiantes), la racha de tres derrotas seguidas puede crecer a cuatro sin que ello impacte como un fracaso o decepción. La realidad del Hestia Menorca es que ha competido en el contexto de esas tres decepciones, como también de otras, pero ya sea encajando mejor las piezas o recurriendo al mercado, lo que siempre es una opción, el colectivo en general, y ciertos elementos en particular, deben ir a más para que el objetivo de la permanencia cristalice.