Los playoffs de ascenso a Liga Endesa están a la vuelta de la esquina para los equipos que han acabado la temporada en la parte alta de la clasificación, a excepción de San Pablo Burgos, que ya disfruta de unas merecidas vacaciones tras proclamarse campeón de Primera FEB con el mejor récord (25-2) en la historia de la categoría y subir a ACB.
El Hestia Menorca también está ya de vacaciones tras conseguir en la última jornada el gran objetivo de la temporada: la permanencia. Esta fue mucho más sufrida de lo que se esperaba a mitad de temporada, cuando el equipo de Javi Zamora ocupaba la decimotercera posición con 6 victorias, una por encima del descenso e igualado con Gipuzkoa y Valladolid, tras completar las primeras 17 jornadas.
El cuadro menorquín empezaba la segunda vuelta con visos de ir a más, tal y como se preveía en el arranque de 2025, cuando encadenó una serie de buenas actuaciones. No obstante, a partir de ahí la recta final ha sido desastrosa en cuanto a resultados, sumando tan solo dos triunfos en los últimos trece partidos.
Eso lo convierte en el peor equipo de la liga durante ese mismo periodo igualado con el colista Morón, que ha cosechado las mismas victorias. El Amics Castelló de Joan Faner, desahuciado en la segunda vuelta, ha logrado acabar con más triunfos que Menorca desde la jornada 22 ganando sus dos últimos encuentros a Palencia y Alicante, justo cuando el equipo consumó su descenso.
Para poner en contexto, el Real Valladolid, rival de Menorca en la última jornada y que también se jugaba la vida, logró hasta cinco victorias en ese mismo periodo.
Rayo de luz
Pese a esta racha nefasta en la que las sensaciones no eran ni mucho menos mejores que los resultados, el Bàsquet Menorca acabó exhibiendo la mejor versión del curso en el decisivo partido de Pucela para romper con esa mala dinámica, sumar su primera victoria a domicilio desde Ourense en la primera jornada de la segunda vuelta y certificar el tan ansiado objetivo de la salvación.
Sorprendía que al término del encuentro los jugadores y el cuerpo técnico celebraran con menos efusividad de lo que uno podía esperar tras lograr una permanencia. Si bien el factor de estar en Pisuerga, donde la afición local acababa de sufrir un descenso, podía influir, también es cierto que el primer sentimiento que salió reflejado fue el de la liberación, personificada en el abrazo entre el director general, Miki Ortiz, y el entrenador y director deportivo, Javi Zamora.
Las lágrimas del director general mostraban el sufrimiento acumulado durante tantas semanas en las que el Hestia Menorca vio como se acercaba al abismo, terminaba cayendo en la zona de descenso por primera vez en toda la temporada y lograba salir a flote en la última jornada.
El riesgo de descenso ha sido más que evidente y ahora le toca a la dirección deportiva planificar la próxima temporada y confeccionar una plantilla competitiva las 34 jornadas de una liga de cada vez mayor nivel, como siempre aseguran el propio Javi Zamora y el resto de actores de la Primera FEB.
Los ‘olvidados’
Mención especial merecen András Tanoh y Wilhelm Falk, que abandonaron el equipo a mitad de temporada en busca de minutos, además de Jordan Davis.
El escolta estadounidense, que ahora milita en el Blois de la segunda división francesa —su quinto equipo este curso—, ayudó a solventar los problemas en ataque en el ecuador de la campaña. Pero su fugaz paso por la Isla trastocó a un equipo que perdió toda la coralidad, algo que recuperó poco después, pero que se acabó desvaneciendo con el paso de los encuentros.
Zamora ha sido renovado por 3 años. Abrir un debate sobre el cambio de entrenador no tiene mucho sentido actualmente. Se puede debatir si es o no una buena opción, pero abrir la puerta a un nuevo entrenador no se va a dar. Lo que se tiene que plantear es como planificamos mejor la temporada y la plantilla, dentro de las dificultades que podemos tener como club humilde.