Las dos primeras jornadas de liga han sido algo intensas para un Hestia Menorca que sorprendía a propios y extraños en el partido inaugural frente a Obradoiro, pero que dejaba un sabor amargo en la derrota por la mínima en el derbi frente a Fibwi Mallorca.
El suflé que se había hinchado con el espectacular estreno en casa, se desinfló —en exceso a causa de la sobrerreacción general— por la sorprendentemente baja tasa de acierto en el tiro —tanto de dos como de tres—, la misma que precisamente había propiciado la primera victoria. Pero ni el extraordinario acierto del primer día era realmente fidedigna ni la fatídica puntería de la segunda jornada se correspondía con la realidad.
Sumado a la excelente defensa exterior aplicada por el Fibwi Mallorca, Javi Zamora también lo entendía de esta forma tras haber avisado con anterioridad del excepcional acierto en el debut liguero. «Al descanso hemos llegado con la sensación de que con un poquito más de acierto y un poquito más de seguridad atrás íbamos a tener opciones de competir y de ganar. No es usual ver un 60 por ciento de tiros de tres en el primer partido, pero tampoco era habitual lo de hoy —por el domingo—, en el que creo que llevábamos uno de 17 intentos de triple al descanso», explicaba con mucho atino el preparador madrileño.
«Cuando metemos 18 triples, pues tenemos una amenaza exterior que nos gusta a todos, esa frescura y alegría para tirar, pero cuando llevas uno de 17 el mensaje no puede ser diferente. Creo que hay que animar a los chicos a levantarse siempre y cuando estemos cumpliendo con unos patrones y una defensa que esté a la altura de poder tener esa alegría para tirar», considera.
Mantener la competitividad
Una de las claves que señalaba el propio Zamora tras la abultada victoria contra Obradoiro era la competitividad, un factor que se debe mantener alto e invariable a lo largo de toda la temporada. «Debemos saber qué aspectos podemos mejorar para que los días que no tengamos este acierto, podamos ser igual de competitivos aún así», indicaba en su comparecencia.
Así pues, el equipo se vio falto de alternativas a la desaparición de la amenaza en el perímetro ante Fibwi Mallorca. «Si somos un equipo que quiere ser valiente, que quiere tener posesiones, que quiere tirar alegre... hay que intentar estar atrás en la excelencia para poder sujetar los momentos de desacierto», apuntaba después del derbi balear.
En este sentido, las costuras del todavía endeble juego interior menorquín quedaron totalmente al descubierto, algo que el propio Javi Zamora reconocía sobre la actuación de los suyos ante el conjunto dirigido por su homólogo Pablo Cano.
Margen de mejora en la pintura
«He echado un poco de menos el tener algún registro interior que todavía no nos ha dado tiempo a construir para, precisamente, no depender del acierto. Creo que una de las claves de la temporada va a ser exactamente esa, equilibrar el juego de perímetro y no ser fieles solo tirando de tres y esperar que todos los días tengamos un 50 o un 45 —por ciento— de acierto», indicaba el técnico.
A falta de incorporar la anhelada ficha número 12 —que si no hay sorpresa mayúscula, debería llegar en forma de pívot—, el último jugador en sumarse al grupo ha sido Fynn Schott. El joven canterano del Gran Canaria debutó en la primera jornada habiendo aterrizado en la Isla cuatro días atrás. Es decir, sin apenas entrenamientos en sus piernas y con los conocimentos mínimos del sistema de juego de Javi Zamora.
Aún así, el austriaco ya ha acumulado minutos —15 por encuentro, para ser más exactos— con sensaciones positivas y un rol protagonista alternando su posición natural de ala-pívot con la de ‘5’ en momentos determinados, como a la hora de medirse a Pedro Bombino, un perfil de jugador que hizo «muchísimo daño con su presencia» al Hestia ya en pretemporada. «Fynn (Schott) nos aporta esa energía, juventud e incluso frescura. Quisimos emparejarlos y ver si podíamos meter ese extra», aclaraba el también director deportivo.
Si Schott es la alternativa en ciertos planteamientos tácticos, Emmanuel Wembi sería la pieza que mejor se amolda al esquema en estos momentos. Víctor Arteaga, referente del equipo los dos últimos años, pero con un encaje más difícil en el contexto actual —además de haber tenido un verano de mucha actividad en América— espera su oportunidad algo rezagado: tan solo disputó 4 minutos en el último choque.
Alguien sabe a ciencia cierta que pasa con Arteaga, el único cinco puro que tenemos y no jugo ni 10 minutos, su cinco nos machaco todo el partido, algo se me escapa.