En un partido que se preveía propicio para que el Mercadal se resarciera de la contundente derrota del pasado domingo en Formentera, los rojiblancos decepcionaron a sus seguidores empatando a cero ante el colista, Son Ferrer, en una tarde aciaga en la que no les salió nada y ni una sola vez lograron batir la meta del conjunto mallorquín, que puso sobre el campo juventud, brega y sobre todo entusiasmo ante un Mercadal más entonado del que vimos ayer probablemente se hubiera marchado de Sant Martí con una clara derrota.
Desde el primer momento ya se vió claramente lo que sería el choque, dominio casi completo de los locales que en el primer cuarto de hora dispusieron de varias oportunidades malogradas por la falta de acierto en los remates, algo que se haría demasiado repetitivo después hasta el punto de no conseguir abrir el marcador en los noventa minutos de juego. Tres remates de Héctor, muy activo en los minutos iniciales, salieron altos o desviados, y también Barber remató muy alto una excelente colada de Rubén, parecían el prólogo de un triunfo anunciado, pero lo que vino a demostrar fue que no sería ni mucho la tarde deseada por el Mercadal.
A la media hora Jeroni remató de cabeza al larguero un saque de corner, y ahí si que pudo estar la clave de la tranquilidad, pero el dominio cada vez más abrumador no encontró premio mientras el Son Ferrer seguía a lo suyo, defenderse con el máximo de acierto posible y esperar el milagro de un contraataque que tampoco llegó.
La segunda parte siguió por los mismos derroteros. Acoso alocado de los locales que forzaron faltas y corners en cantidad, pero sin dar nunca en la diana por una u otra causa, aunque en alguna ocasión ésta se llamara David que desvió espléndidamente un buen remate de Héctor (67´). Lo que sí aumentaron fueron las incidencias gracias al exceso de rigurosidad del colegiado en un partido limpio y sin malas artes. Por de pronto expulsó al visitante Fenell por doble amarilla (47´) y veinte minutos después lo haría por el mismo motivo a Joan Barber, además de algunas tarjetas más por ambos bandos que sugerían una dureza que no existió en el terreno de juego.
Con un jugador más durante un rato y después igualados en inferioridad numérica, siguió la presión cada vez más asfixiante del Mercadal, pero parecía escrito que el gol no iba a llegar y el Son Ferrer era ya un baluarte en el que destacaban el citado David y el central Ramón.
Ya en tiempo de descuento Miquel Capó estuvo a punto de lograr el milagro. Sólo le faltó rozar el balón con la cabeza, pero ni así. Ayer a los de Yeray no les salió nada. Y en todo caso fue negativo, como la expulsión de Joan Barber y las lesiones de Rubén y Nené que sólo estuvo 25 minutos sobre el campo. Hay días en los que todo se conjuga en contra y ayer fue uno de ellos.