Quedan 12 puntos y se tiene que salvar una ventaja de cuatro. No hay otro cuento que valga para un Menorca juvenil que recuperó ayer antiguos vicios al caer, como antaño, en el último minuto ante un San Francisco que le adelanta en la tabla. Contratiempo para los azulgrana que ven cortada una progresión de dos victorias seguidas y que recibirán el próximo fin de semana al poderoso Real Club Deportivo Espanyol.
Al sol que pegó con fuerza en Palma le acompañaron unas considerables rachas de viento, lo que condicionó el nivel del espectáculo en el primer tiempo. Los dos equipos saltaron al terreno de juego con ambición y decididos a ganar los tres puntos en juego. Pocas oportunidades claras de gol en los primeros veinte minutos de juego en los que las defensas impusieron su ley. Fueron precisamante los azulgranas los que se adelantaron en el marcador con un tanto de Xisco trascurrida la primera media hora del derbi balear.
El 0-1 dio cierta tranquilidad a los de Lluís Vidal que se defendieron con mucho orden dificultando el ataque local, que hasta el descanso lo intentó de todas maneras con el objetivo de poder igualar de nuevo el marcador. Al técnico del Menorca se le complicó el partido cuando tuvo que sustituir a Rubén por lesión al filo del final de la primera mitad.
Su homólogo, Paco Navarrete, fue expulsado a cuatro minutos para el descanso por diferencias con el colegiado en una fase de juego de mucha tensión.
Tras el paso por los vestuarios, el San Francisco intensificó sus acometidas en ataque en busca del empate. Los locales empezaron a practicar un juego muy agresivo y el colegiado tuvo que cortarlo a base de cartulinas. Sabater y Dani vieron el camino de los vestuarios en los inicios del segundo periodo. Sin embargo, esto no afecto al juego del Menorca que siguió defendiéndose con mucho orden.
El San Francisco, mejor
El empeño del San Francisco tuvo el premio que esperaba, y a los 67 minutos llegó su primer tanto que hacía justicia al mayor dominio mallorquín. El Menorca dispuso de una gran oportunidad al estrellar un balón en la madera que bien pudo ser el 1-2.
Los minutos fueron transcurriendo sin que el marcador cambiara de signo. Dominaba el San Francisco ante un Menorca que ya daba por buena el punto -Vidal quitó a Marc Urbina, delantero, y dio entrada a Biel, perfil más defensivo- por lo que centró todos sus esfuerzos en mantener el empate en el marcador. Se aplicó en defensa y evitó que su rival le pudiera crear situaciones de verdadero peligro. Cuando todo parecía resuelto, llegó una jugada desgraciada para el cuadro visitante en el tiempo añadido con un gran gol de Chechu. Fue un auténtico mazazo para el equipo de Vidal ya que llegaba en el minuto 94 sin tiempo para reaccionar.