Existe una clara tendencia bajista en los equipos menorquines de categoría juvenil que disputan la Liga Nacional y la División de Honor. Tanto es así que transcurridos dos meses desde que se iniciara el campeonato la mayoría camina sobre el alambre con lo que dejan entrever que la temporada será angustiosa para ellos salvo reacción que, por el momento, apenas se advierte. El peligro de que el fútbol insular pierda representatividad en ambas categorías aparece latente.
Es el Dosa, de la Liga Nacional, el peor parado de todos ellos si cotejamos que aún ha sido incapaz de puntuar después de 8 partidos. La renovación de la plantilla no ha aportado un nivel suficiente como para pelear la permanencia con mayores garantías y el grupo de Jesús Carretero va camino del desalojo de la categoría que, semana a semana, parece más inevitable a la vista de los resultados.
Irregular aunque más competitivo es el Penya Ciutadella de Javi Ogazón y Pere Genestar, un año más en zona conflictiva aunque, cuanto menos, está en disposición de mantenerse en la lucha después de sumar dos victorias y un empate en los ocho encuentros. A su favor juega la experiencia del último año en el que merodeó siempre la zona de descenso y acabó obteniendo la salvación.
Los mejores exponentes del fútbol juvenil menorquín en esta categoría son el At. Villacarlos y el Menorca B, empatados a 10 puntos aunque en la zona media baja de la clasificación. Su futuro presenta más apuntes optimistas por lo realizado hasta el momento gracias a las tres victorias y un empate que han logrado cada uno de ellos. El Villacarlos de Micki Gomila había sido la sorpresa agradable en el primes del campeonato dada la premura con la que tuvo que hacerse la plantilla. Sin embargo, en los últimos encuentros ha ido perdiendo fuelle.
El Menorca B, de Santi Orasio, mantiene una línea más regular en el año de su regreso a esta categoría. Más siniestra es la marcha del primer juvenil de la Isla, el CD Menorca, que cumple su segunda campaña en la División de Honor, ahora de la mano de Juan Romero. Los mahoneses ocupan la penúltima plaza después de esta ocho jornadas aunque les falta concluir el primer partido del campeonato en el campo del Badalona. Será mañana, al mediodía, en un choque trascendente si es capaz de mantener el empate a cero goles que reinaba en el marcador cuando fue suspendido debido a la lluvia.
El futuro inmediato del cuadro azulgrana es harto complicado si observamos sus cuatro próximos compromisos frente a rivales de mucho peso en la Liga. Reciben el domingo a la Damm, viajan al campo del Barça para recibir al Europa, tercer clasificado, y acudir al terreno del At. Baleares. Los tres últimos partidos de la primera vuelta serán fundamentales para mantenerse en la pugna por el objetivo, frente al colista Girona, en Maó, San Francisco, antepenúltimo, en Palma, y Jabac i Terrassa, de nuevo en el Estadi Maonés.