El Mercadal confirmó con su derrota de ayer en Campos (1-0) que ha entrado en un bache de resultados. Con el tropiezo de ayer, el conjunto rojiblanco hilvana siete jornadas consecutivas en la que apenas ha obtenido una victoria, sufrido dos derrotas y cuatro empates, para un cómputo de 7 puntos sobre 21 posibles, una peligrosa ecuación que puede arrojar sus consecuencias más nefastas a medio-largo plazo, cuando la temporada enfile su tramo más decisivo.
Una puesta en escena de lo más correcta, con un dominio prácticamente absoluto en todos los segmentos del terreno de juego no alcanzó al Mercadal para arrebatar los tres puntos a un rival que supo hacer su partido y por elevación, darle caza en la clasificación en virtud de su victoria. Atrincherado atrás, buscando constantes pelotas en largo, el Campos basó su triunfo en la efectividad de Baltasar Rigó tras una falta superados los 10 minutos de juego de la segunda mitad.
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Previamente, pudo avanzarse el cuadro de Lluís Vidal –que ayer presenció el partido desde la grada por sanción–, al disfrutar de algunas incursiones en el área mallorquina, varias con máximo peligro, pero que pecó de falta de acierto en los primeros 45 minutos (0-0). Al poco de la reanudación, tras una falta que quizá pudo evitar el Mercadal, Baltasar Rigó estuvo listo y materializó el único tanto que subió al marcador a los 56', en lo que fue también de las poquísimas veces en que el Campos se acercó a la meta de Fernando.
A partir de ahí, el Mercadal lo siguió intentando. Lacueva entró por Calero, con el objeto de abrir más huecos por los extremos. Pero el cambio no conllevó un mayor acierto frente a la meta rival. Tampoco la entrada de Aitor por Lebrero, ni la de Berto por Domi, planteadas para ganar un poderío ofensivo que no se tradujo en el empate (1-0). El Mercadal entra en depresión.