Gales: Hennessey; Davies, A.Williams (C), Chester; Gunter, Ramsey (James, m.88), Ledley (King, m.78), Allen, Taylor; Bale y Robson-Kanu (Vokes, m.80).
Bélgica: Courtois; Meunier, Alderweireld, Denayer, J. Lukaku (Mertens, m.75); Witsel, Nainggolan, De Bruyne, Carrasco (Fellaini, m.46), Hazard (C); y R. Lukaku (Batshuayi, m.83).
Goles: 0-1, m.12: Nainggolan; 1-1, m.30: A. Williams; 2-1, m.55: Robson-Kanu; 3-1, m.85: Vokes.
Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a los galeses Davis (m.5), Chester (m.16), Gunter (m.24) y Ramsey (m.74) y a los belgas Fellaini (m.58) y Alderweireld (m.85).
Incidencias: Partido de cuartos de final de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio Pierre-Mauroy de Lille ante unos 50.000 espectadores.
La esforzada selección galesa de Gareth Bale se enfrentará contra Portugal en semifinales de la Eurocopa tras lograr este viernes una histórica remontada (3-1) contra una Bélgica descarada en ataque, pero que pagó cara su ingenuidad en defensa.
Con un Eden Hazard invisible, los belgas lograron adelantarse con un precioso disparo lejano de Radja Nainggolan al inicio del duelo de cuartos de final celebrado en Lille.
Pero las concesiones defensivas de los «diablos rojos» permitieron a Ashley Williams empatar en la primera parte, a Hal Robson-Kanu adelantar a los suyos en la segunda y a Sam Vokes certificar al término del encuentro el la victoria más importante de Gales en el último medio siglo, que le permitirá seguir la aventura en Lyon el próximo 6 de julio contra los de Cristiano Ronaldo.
Las condiciones eran favorables para Bélgica, segunda mejor selección del mundo según la clasificación de la FIFA, que jugaba en una ciudad fronteriza a la que se acercaron decenas de miles de sus seguidores, algunos para ver el partido en el campo y, la gran mayoría, para festejar el eventual pase de los suyos a semifinales.
Hasta 75.000 hinchas belgas esperaban las autoridades francesas, que les prohibieron cruzar con alcohol la frontera hacia la ciudad donde explotó Hazard, extremo izquierdo de 25 años que despuntó en el Lille (2007-2012) antes de fichar por el Chelsea inglés.
La estrella belga, duda hasta la víspera por una lesión muscular en el cuádriceps de la pierna izquierda, no apareció y cerró sin pena ni gloria una temporada sin continuidad por las lesiones.
Tampoco firmó su mejor actuación Bale, que había definido el partido como el «más importante» para los suyos en más de medio siglo, desde que los «dragones» alcanzaron la semifinal del Mundial de Suecia de 1958, donde cayeron ante el Brasil de Pelé.
Bélgica, con mejor expediente, también se enfrentaba a una oportunidad histórica pues nunca ha disputado una semifinal europea y su último gran registro data del Mundial de México en 1986, donde llegaron a la antesala de la final.
Pero el equipo descompensado de Marc Wilmots, con un estilete del medio campo para arriba y portero de garantías pero también con una defensa endeble, más aún con las bajas de Vermaelen y Verthonghen, desaprovecharon la ocasión.
Bélgica arrancó el partido con desparpajo, haciéndose dueña del balón para no poner a prueba a su endeble defensa y a punto estuvieron de marcar en una triple ocasión en el minuto 6, con disparos a bocajarro de Romelu Lukaku, Maunier y Hazard que milagrosamente no acabaron en la red.
Sí lo hizo, y de qué forma, el misil que en el minuto 12 se inventó Nainggolan, el inconfundible futbolista de la Roma con cresta amarilla y tatuajes en el cuello, que fabricó un imparable disparo con la pierna derecha desde 25 metros. Con el gol pareció querer cerrar la polémica sobre su costumbre de fumar a diario, aceptada por el seleccionador.
Pero Gales no se vino abajo con el marcador en contra y, aparte de alguna incursión al contraataque de Bale, más voluntarioso que incisivo, fue Aaron Ramsey quien creaba peligro en la meta belga. Mucho peligro.
En el minuto 25 Thibaut Curtois salvó el empate cuando Neil Taylor estrelló contra el guardameta belga del Chelsea un medido centro raso que le había puesto desde la banda derecha el centrocampista del Arsenal.
La recompensa al esfuerzo de los galeses -con tres jugadores amonestados en la primera media hora- llegó en el minuto 30. De nuevo Ramsey, implicado en cuatro de los seis últimos goles de su equipo, botó un córner que Williams, solo en el borde del área pequeña, picó de cabeza para conseguir la igualada y confirmar que los «dragones» son letales a balón parado.
En la segunda mitad, con Marouane Fellani como reemplazo de Yannick Carrasco en el conjunto belga, los «diablos rojos» volvieron a hacerse con la posesión y probaron suerte Romelu Lukaku de cabeza y Kevin De Bruyne y Hazard desde lejos, sin mayor trascendencia.
Cuando parecía que los belgas manejaban el partido a su gusto, llegó la sorpresa en el minuto 55 en forma de fallo defensivo, por segunda vez.
Ramsey acomodó un balón largo de Gareth Bale al punto de penalti, donde Robson-Kanu caracoleó ante la pasividad de la zaga contraria y disparó a la izquierda de Courtois, subiendo el 2-1 al marcador y el segundo en su cuenta particular en la Eurocopa.
Cuando los belgas lo intentaban casi a la desesperada, de nuevo Ramsey, muy afinado asistiendo por la banda, sirvió un balón a Vokes, que nada más entrar al campo en sustitución de Robson-Kanu, hizo el gol que colocaba, definitivamente, a los suyos entre los cuatro mejores equipos del continente.
La peor noticia para los de Chris Coleman fue la amarilla que vio en el último tramo del encuentro el mejor del partido, Ramsey, que le privará de disputar la semifinal.