No hay manera. Sigue el gafe del Penya Ciutadella esta temporada lejos del Municipal de Son Marçal y todo lo que logra antes grandes e históricos en su feudo lo pierde luego cuando le toca tomar un avión. Y este domingo no fue menos en su visita a un Alcúdia que, eso sí, en su estadio siempre es un rival complicado de roer. Pero la mala suerte se cebó y de qué manera con los azulados, que vieron como desperdiciaban varias ocasiones muy claras de gol ante el meta local Colom. Y para colmo, las dos primeras dianas del conjunto mallorquín llegaban en propia puerta; la primera, nada más comenzar la segunda parte, en un gol psicológico.
Sin la presencia de su goleador Juanlu Sanz sobre el terreno de juego por una lesión de cuádriceps, ayer el conjunto que dirige Pere Vadell realizó una primera parte muy interesante y seria, muy bien plantado sobre el terreno de juego y jugando de tu a tu a un Alcúdia duro. Gracias a esta seriedad, los menorquines marchaban a vestuarios con las tablas iniciales y muy buenas sensaciones, seguro de puntuar.
En propia puerta
No obstante, y por increíble que pareciera, la cosa se torció y de qué manera para el Penya. A los tres minutos llegaba el 1-0 de rebote y después que el balón diese en Dani Llopis y girara el sentido del esférico. Pese al mazazo, los menorquines siguieron convencidos de poder puntuar en Alcúdia y con la entrada al terreno de juego de Fabri llegaba una de las ocasiones más claras; centro que, con Quel Enrich bajo palos y el equipo celebrando casi el gol, sacaba la zaga local.
En pleno acoso del Penya, con un Carlos Febrer que era un mal sueño ante un Alcúdia fuerte atrás y cortándolo todo, llegaba el 2-0, también de rebote, dando el balón a la defensa 'ciutadellenca'. Insistió el Penya pero sin éxito, hasta el injusto 3-0 final.