Menorca, Atlético Villacarlos, Penya Ciutadella y Ferreries, por el orden de la clasificación final, despidieron el jueves la temporada 2016-17 en la Liga Nacional Juvenil. Categoría por la que han renovado con solvencia su continuidad y cuyos responsables valoran para Es Diari desde los respectivos objetivos fijados en la pretemporada y en función de los ciclos que marca cada generación.
El Menorca, a través de la figura de su coordinador Marcial Pérez, se manifiesta «contento» por una nueva temporada «positiva, un año más entre los siete primeros». Un hecho aún más meritorio, considera el responsable técnico, por «el hándicap de las bajas muy importantes que ha tenido que afrontar un equipo muy joven. Se han cubierto las expectativas».
Y aunque el objetivo primero, «la permanencia, se ha cubierto con creces», el conjunto azulgrana «ha creído hasta el último día que podía estar lo más arriba posible». Sin embargo, Marcial insiste en que «no hemos podido repetir una alineación en toda la temporada» y hace especial hincapié en las prolongadas ausencias de Ramón Huéscar (16 goles) o Adrià Sintes, «se han perdido veinte partidos», o de Bryan Puentes (16 goles), otras dieciséis citas ausente.
Marcial destacada al técnico Sergi Bagur, con quien ha formado tándem, «ha hecho un buen trabajo, pocos lo habrían pensado de un entrenador tan joven en la categoría». ¿El futuro? «Cumpliremos hasta el 30 de junio y la junta valorará nuestra labor y decidirá. Tenemos un grupo competitivo».
En Es Castell, el proyecto dirigido por José Luis Bahamonde -en la cuarta temporada de su segunda etapa en el club- partía de la base del equipo cadete subcampeón de Balears. «El objetivo de la salvación está más que cumplido», valora el coordinador de la entidad gualda Xisco Pallicer. Sin embargo, considera excesivo el contraste entre el talento goleador (70, cuarto del grupo) y la fragilidad defensiva (56, decimotercero) que en parte se explica por la propuesta de juego del entrenador de ir a por los partidos, con la defensa adelantada y una presión alta, «sin duda vistoso y atractivo para el espectador».
El Villacarlos salvó un bache de cinco derrotas con una racha de otras tantas victorias, que le permitieron marcar distancias con el descenso. Sin embargo, los dos últimos meses no han sido cómodos en el seno de la entidad, tras el anuncio de Bahamonde de que no continuaría. Pallicer considera que «tras notificarlo a la plantilla» se produjo un colapso en los jugadores y se generó «una situación delicada» que solo se desbloqueó con la decisión de la junta de cesar al entrenador. Con Chema Mamajón y Santiago 'Coco' Rodney al frente el equipo «se sacudió la presión y recuperó la normalidad». El futuro, pendiente de Lluís Vidal.
El Penya Ciutadella ha retornado a la categoría con cierta solvencia, la propiciada «por un buen inicio, que nos ha dado confianza en los tramos menos amables de la competición», señala su entrenador Lluís Simonet. En general, se manifiesta «contento por el compromiso de los chicos, la evolución en entender e interpretar el juego que queríamos».
El equipo de Son Marçal no ha encadenado más de dos derrotas seguidas, pero los once empates han obligado «a un esfuerzo superior para conseguir el objetivo de la salvación», especialmente cuando el fantasma de los descensos de División de Honor amenazaron las plazas. Simonet, que está «con ganas al cien por cien» de continuar al frente del proyecto, se queda con que la plantilla «ha mantenido la motivación todo el año y hemos jugado a un gran nivel contra rivales muy potentes».
En Sant Bartomeu, la segunda vuelta del equipo dirigido por Joan Meliá ha dado un vuelco a cualquier pronóstico aciago sobre su futuro. «Debo dar la enhorabuena a los jugadores, que han realizado un gran trabajo y esfuerzo, han superado momentos difíciles» para generar en la segunda parte del calendario 24 puntos y encajar únicamente 17 goles, frente a los 34 de la primera vuelta.
Meliá, por tanto, no duda en tildar de «excelente» la temporada y valorar como un «éxito» la permanencia frente a «todos los que nos daban como candidatos al descenso». El ferreriense se siente especialmente orgulloso «de haber creado un auténtico equipo, sin figuras, y que no se ha resentido cuando ha habido entradas y salidas del once tipo». Meliá tiene sobre la mesa la propuesta para continuar.