Un cuatrienio ininterrumpido en Primera División le avala. Y con la temporada que este fin de semana ha agotado su segunda jornada alcanzará un lustro a ese nivel, siempre jugando para el Eibar vasco, club singular, por lo modesto, en la galaxia de los millones y de las estrellas que se distingue LaLiga. Referimos a Sergi Enrich Ametller (Ciutadella, 1990), único exponente menorquín en la máxima categoría y mucho más que un simple jugador dentro del conjunto armero, tanto por sus cifras como por sus intangibles. Bajo cualquier prisma, un referente.
Y pocos clubs y jugadores conocen lo que es competir desde un sinfin de desventajas, desde una atalaya de inferioridad como la que padecen el Eibar y el goleador de Ciutadella en relación a la mayoría de sus rivales de la competición española. Pero en Ipurua han convertido en rutina lo que en otros enclaves se analizaría como imposible, de ahí que pocas voces en LaLiga resuenen tan acreditadas como la de Sergi Enrich en el instante de analizar la vía a recurrir para obrar una nueva permanencia en la mejor liga del mundo. Es la fórmula de Enrich para el enésimo milagro del Eibar.