Sergi Enrich atraviesa su racha más delicada, los instantes más complicados desde que se convirtió en jugador profesional y probablemente, uno de los ciclos más duros de su vida. Así lo sugiere la petición de cinco años de cárcel, para él y el también futbolista Antonio Luna, efectuada durante esta semana por la Fiscalía de Gipúzkoa y la acusación particular, por la presunta implicación de ambos jugadores en la difusión de un vídeo en el que practican sexo con una mujer, sin el consentimiento de esta para hacer pública la filmación, en octubre de 2016.
Fuentes cercanas al caso observan que los hechos que se imputan a Enrich y Luna pueden constituir delito contra el derecho a la intimidad referido al descubrimiento y revelación de secretos de carácter personal de la vida sexual de la víctima. Fiscalía y acusación particular distinguen en este caso dos presuntas conductas delictivas: una, la grabación de las imágenes sin el consentimiento de la víctima; la otra, la difusión de las imágenes hasta convertir el video en viral –de lo que igualmente se responsabiliza al también futbolista Eddy Silvestre, presunto difusor del vídeo, y para el que se pide una pena de tres años de prisión.