Pep Sansó afronta este sábado su primera asamblea de la Federació de Futbol como máximo responsable de la institución futbolística. Lejos de ser este un año de transición, el dirigente ha elaborado una hoja de ruta con el fin de impulsar nuevos proyectos e iniciativas y mantener el espíritu social y educativo que supone también la tutela de la FFIB de cientos de niños y niñas que componen la gran familia del fútbol base.
Usted ha sido una persona vinculada al ámbito federativo desde hace años, sin embargo, ¿cómo ha vivido este primer curso en la presidencia de la FFIB?
Una de las cosas que más me ha marcado ha sido trabajar durante los últimos cuatro años tanto en la Española como en la UEFA. Esto te da una óptica diferente. Mi mirada siempre había estado enfocada en el ámbito del fútbol balear y eso me dio la oportunidad de abrir el foco. Eso permitió implementar ideas a nuestro fútbol para mejorarlo.
Pese a ocupar la presidencia y el cargo más importante, debe ser imposible llegar a todos los frentes por sí solo.
Es imposible. De ahí la importancia del trabajo en equipo. Hay ciertas situaciones en las que yo no puedo tener el control de todo y de lo que se trata es de ayudar a tu grupo de trabajo a elaborar las ideas y que las cosas vayan saliendo. Hay que tener siempre presente que la Federació está por debajo de los clubes. Si existimos es porque hay clubes que disputan partidos y lo que necesitan es que un ente les ayude a organizar la competición, pero tenemos que dirigirlo partiendo de los deseos que busca implantar la Asamblea General que la forman los clubes.
Usted entró hace un año, pero por las actividades llevadas a cabo y sus proyectos realizados no ha sido un año de transición.
Entramos una serie de personas con ilusión para hacer cosas y mejorar, pero la sociedad es viva y cambiante y hay que adaptarse y el fútbol es igual. Tenemos que adaptarnos a las demandas. Contamos además con un fútbol y una organización donde hay gente muy digitalizada y otra muy analógica. Debemos ser capaces de cubrir las dos facetas y alcanzar las expectativas de nuestros clubes en este sentido.
Después de la pandemia, ¿cuándo cree que llegará la estabilidad total al fútbol?
A nivel nacional se introdujo la Primera RFEF y eso obligó a una reestructuración. Han pasado dos años y los grupos de 16 en Tercera eran justos y se ha pasado a 18. El fútbol en este sentido lo que necesita es estabilidad, tener una idea, aplicarla, modificarla si algo no cuadra, pero después ser estable. Aquí en Balears pasó eso, no hubo descensos en la pandemia, después hubo una gran modificación de Tercera con muchos descensos en el resto de categorías y se llegó a la conclusión de que era injusto de que tantos equipos bajaran en un despacho. Con una propuesta de los propios clubes se llegó a la conclusión de llevar a cabo una amplia revisión.
Fue una medida bienvenida en ese momento.
Así es. En aquellos años la medida salvaba a esos equipos, pero en ese momento era bueno, pero a la larga no ha sido lo mejor y ahora hay propuestas para volver al modelo antiguo. Pero eso tiene que ser una decisión de la mayoría de clubes. Nosotros entramos con la temporada planificada y vivimos ya la competición pura.
¿Y cuál es su objetivo ahora?
Hasta el momento hemos hecho cosas para mejorar la Federació, ahora nuestro reto es hacer cosas que mejoren el fútbol y eso gira alrededor de las competiciones. Mejorar la organización del fútbol. Hemos empezado este año y hay que definirlo el próximo. Mucha gente no ha participado en la comisión de competiciones y debemos ser capaces de que participe todo el mundo. A nivel de Federació tenemos que hacer un reestructuración de todo el ámbito de organización de competiciones para mejorar. Y todo esto va acompañado de un sistema de sanciones deportivas, hablo del Comité de Competición que también hay que reestructurar y mejorar. Si lo hacemos, mejoraremos el sistema del fútbol balear.
¿Cómo es el día a día de un organismo que mueve tanta gente como la Federació?
Cada día hacemos más cosas urgentes y menos cosas importantes. Los asuntos urgentes se resuelven en el día a día, pero las cosas importantes te ayudan a avanzar y cuesta mucho hacer cosas importantes por falta de tiempo. Somos una entidad que a lo largo de un año tutela 24.000 partidos de fútbol y para estar aquí hay que estar 24 horas al día y siete días a la semana pendiente de todo.
¿Qué espera de la Asamblea de este próximo sábado?
Hay que hacer un análisis con los clubes de lo que ha sido la temporada. Explicar una serie de puntos para que entiendan los motivos que impulsan a tomar ciertas iniciativas o pedirles qué quieren que hagamos. La Asamblea marca cómo tiene que actuar la Federació durante el año y posteriormente ir gestionando el día a día.
¿Cómo ha sido la relación de los clubes con usted y la nueva Federació?
Muy bueno porque todos al fin y al cabo hemos formado parte de algún club en nuestra etapa. Sabemos que cuando a un club le preocupa algo la Federació tiene que hacérselo suyo y preocuparle también ese problema, pero dentro de una visión global y después hay una normativa que se debe cumplir. La predisposición ha sido muy buena y estamos agradecidos a los clubes porque nos han puesto las cosas muy fáciles.
Existe cierta inquietud por los nuevos gastos que supone para algunos clubes la nueva normativa en materia fiscal que hace subir mucho los presupuestos siendo los ingresos muy limitados.
El fútbol es un reflejo de la sociedad y ésta de cada vez es más controladora. Nos piden más requisitos porque probablemente este control se debe a que no hemos hecho las cosas bien. Cuesta mucho a una persona que lleva años en el mundo federativo o en un club, que cosas que se han hecho hasta ahora en las últimas temporadas, hoy no se pueden hacer porque hay códigos de cumplimiento normativo nuevas y se tienen que llevara a cabo. El mundo ha cambiado y vamos hacia un mayor control por parte de todos. Nos exigen que todos los pagos estén bien regulados, con facturas o altas a la seguridad social. Nos dicen que ya doscientos euros es una relación laboral y esto encarece mucho el producto.
Como ha dicho usted se disputan 24.000 partidos en un año y incidentes graves de violencia verbal y física hay muy pocos en el ámbito general de toda una temporada. Sin embargo, son importantes y hacen daño. ¿Cómo lo valora?
Incidentes graves o muy graves en el ámbito general se dan muy pocos y en cualquier estudio estaría descartado por insignificante, pero por insignificante que sea nosotros no lo descartamos ni miramos atrás. El deporte sufre el reflejo de la sociedad. La violencia física, comparada con lo sucedido los últimos 30 años, es muy poca, pero la violencia verbal está como normalizada y esto tiene que acabar porque no estamos en estos tiempos. Nosotros estamos limitados por las normativas sancionadoras, pero lo que sí hacemos es informar a la Comisión Antiviolencia. Debemos ser duros en el ámbito sancionador, hacer alguna campaña concreta en la actualidad, concienciar a todos y la solución es encontrar una fórmula para que los más pequeños, a largo plazo, ellos ya no tengan la tentación de caer en acciones violentas de cualquier tipo.
Hay cosas que han cambiado para bien y ha sido el impulso que se ha dado al fútbol femenino. ¿Cuál es su valoración?
Tenemos que apoyar el fútbol sala y el fútbol femenino porque contamos con menos licencias y la niña, la mujer, no tenía la potestad de elegir de jugar con niños, si quería, o con niñas durante toda su trayectoria. Las Islas han producido jugadoras de un enorme talento, pero hay que ser capaces de organizar un fútbol donde la niña que solo quiera jugar con sus compañeras pueda hacerlo desde los seis años hasta que se retire. Y también en el fútbol sala tenemos que ser capaces de hacerlo crecer y más con el gran éxito del Palma Futsal.
¿Cómo influye la filosofía de gestión de Luis Rubiales en el ámbito del fútbol amateur?
Los clubes reciben una cantidad muy importante de ayudas desde la Federación. Tenemos un presupuesto y hay partidas finalistas muy importantes como las subvenciones que llegan y que las desviamos a los clubes de forma directa y los pagos también a los clubes por arbitraje, que también llega y sale. Normalmente las federaciones autonómicas dan dinero a sus federaciones para el mantenimiento y en el fútbol es al revés. A nivel nacional se ha hecho un gran trabajo en este sentido .