Dijo el gran Alfredo Di Stéfano que un 0-0 es como un domingo sin sol y la aseveración de la leyenda futbolística se reflejó este domingo en el segundo capítulo del derbi menorquín de la temporada que escribieron Alaior y Mercadal en un abarrotado Los Pinos, como en los viejos tiempos. La entrada fue sin duda lo mejor de un duelo que caminó sin aspavientos, por un cauce deportivo más que correcto pero que al final se alteró al aflorar dos acciones -una en cada área- que levantaron al personal y animaron un derbi que enfilaba su desenlace con ese 0-0 que parecía inamovible y era justo a tenor de lo ofrecido por ambos equipos hasta entonces.
En el minuto 72, Javi Hernández apuró línea de fondo y su pase atrás lo remató a gol Karim pero el auxiliar invalidó la acción al señalar que el balón había salido ante las protestas del Mercadal. En el descuento, un envío al interior del área lo remató Jordi Lázaro, Oriol se hizo con el esférico en segunda instancia pero el atacante metió el pie para alojar el esférico en la red, acción que el colegiado sancionó como falta al estimar que el meta -como pareció- ya tenía el cuero en su poder. Era el minuto 92 y el Alaior y la afición celebró el gol sin apercibirse que Eduardo Martínez había señalado infracción. Esa polémica fue el escaso picante de un derbi con dominio de las defensas y escasas ocasiones de peligro. Al final, empate que no contentó a unos y otros en el camino hacia sus respectivas metas.
El encuentro arrancó con un Mercadal dominador a través del balón mientras el Alaior exhibió trabajo y juego más directo sobre los puntas. Los de Lluís Vidal supieron romper la línea presionante albinegra a través de las combinaciones en corto y tuvieron en Sergio y Rubén a los más activos por banda pero les faltó fluidez cerca del área ante una zaga bien ordenada. Una caída de Joel ante Raúl, que el capitán alaiorense reclamó como penalti, y un tiro de Karim al larguero -invalidado por manos- tras un robo en salida de balón, fue lo más destacable en los primeros 20 minutos. El once de José Ángel Moyano, con un Joel que trabajó mucho arriba y abajo, equilibró la cita y tuvo sus opciones forzando algunas pérdidas a las que no sacó partido, bien por errores en el último pase, bien por la providencial aparición de Xavi Fedelich en un par de cruces y una intervención de Oriol a cabezazo de Ramón tras centro del incansable Elliot.
Cambios
En la reanudación, el Alaior, que ya había perdido a Eric Mercadal por lesión -una posible rotura- presionó más arriba aunque sin generar buenas opciones de peligro. Poco a poco, el colectivo de Sant Martí se adueñó nuevamente del choque y dispuso de un disparo de Rubén tras una mala salida desde la cobertura alaiorense. Ramón lo intentó en varias ocasiones pero sin encontrar los tres palos. Vidal apostó por dar entrada a Javi Hernández para romper en el uno contra uno o aliarse con Sergio en algunas acciones visto los problemas que tenía su equipo para elaborar por dentro. El partido entró en su fase álgida y con el Mercadal jugando más en la parcela adversaria mientras el Alaior intentó robar para encontrar la espalda rival desprotegida.
El derbi entró en ebullición y se abrió en los veinte minutos finales primero con esa jugada de Javi Hernández con remate de Karim ya reseñada. Moyano ya había oxigenado su ataque con la entrada de Nil y Jordi Lázaro y tuvo dos situaciones de dos para dos con mala elección en el último pase. Un error grave de Xavi Fedelich, subsanado por Oriol, estuvo a punto de aprovecharlo Marc Mercadal (81'). Con los de Vidal volcados y sufriendo los de Moyano se llegó al añadido y en el 92 la también mencionada jugada con gol de Jordi Lázaro que no valió y que cerró un derbi con mucho ruido y pocas nueces.
El apunte
Deportividad y enorme ambiente en Los Pinos
Sin Liga de Primera División, sin otros alicientes deportivos de mayor relevancia en la Isla, el derbi generó una inusitada respuesta por parte del espectador menorquín deseoso de ver un duelo acorde a la categoría, expectación que no se vio correspondida desde el césped, pues ni Alaior ni Mercadal ofrecieron un buen encuentro en el que, por otra parte, imperó la deportividad tanto como por parte de los protagonistas como en el rebosante Los Pinos que registró una entrada espectacular, como en los mejores tiempos del fútbol insular.
Fue, sin duda, lo mejor de un partido que dejó el reconocimiento al alaiorense Rubén Carreras por parte de las dos aficiones tras ser sustituido y ese despecho al final para los locales que celebraban el 1-0 que no subió al marcador. Reparto de puntos para ambos conjuntos y taquilla, a buen seguro, muy generosa para el club albinegro que hizo su particular agosto como también le sucedió a la entidad rojiblanca en el encuentro disputado en la primera vuelta en un Sant Martí que también se llenó por completo.