Alaior y Mercadal afrontan este fin de semana la disputa de la jornada 28 en el grupo balear de Tercera RFEF, en la que el equipo albinegro, realmente urgido de resultados, dada su complicada coyuntura clasificatoria, recibe este domingo al Binissalem, mientras que el cuadro rojiblanco, en una situación radicalmente inversa, por desahogada, visita este sábado por la tarde al Santanyí, un rival directo en la lucha por la séptima plaza.
El Alaior, que apenas ha podido celebrar una victoria en los últimos cuatro meses, y después de perder la semana previa en su visita al débil y ya descendido Inter Manacor (1-0), se enfrenta en el campo de Los Pinos (domngo, 17.00 horas) al Binissalem, un equipo a priori de ‘su' liga, axioma que en cualquier caso cuestiona la brecha de puntos que ha sido capaz de imponer, y no precisamente aprovechando el bache de resultados albinegro, el equipo mallorquín en relación al Alaior (no, porque el cuadro binissalamer se presenta en la Isla después de encadenar cuatro derrotas consecutivas, si bien con el atenuante de que se ha medido de modo seguido con varios candidatos al playoff de ascenso).
Distancia
El equipo mallorquín es duodécimo clasificado, por lo que aventaja en dos puestos al Alaior, aunque la distancia es de nueve puntos (32 por 23), por lo que si el cuadro de José Ángel Moyano todavía contempla la posibilidad de rebasar a su adversario de este domingo en la tabla de aquí a que agote la temporada, únicamente le sirve sumar los tres puntos. Asimismo lo exige su delicada realidad en la tabla, más a tenor de los descensos que se aventuran desde Segunda RFEF de equipos baleares, lo que arrastrará a más de tres equipos del grupo balear a Regional.
La inexperiencia y exigencia del estreno en la categoría, así como las lesiones de hombres importantes en instantes clave de la temporada ha resultado una combinación harto lesiva para el Alaior en su año de retorno a Tercera tras más de un decenio de ausencia, propiciando su actual situación en la clasificación.
No obstante, la temporada todavía le reserva una bala y el cuadro albinegro aún está a tiempo de poder enmendar los errores y problemas pasados, lo que pasa, indefectiblemente, por ganar al Binissalem. Cualquier otro registro complicará todavía más la ecuación de la permanencia.
El canterano del Mallorca, Elías Chentouf (Barkaldo, 2001), un goleador de origen marroquí de madre vasca, que este año ha anotado ocho goles en 26 partidos, se distingue la principal amenaza del cuadro binissalamer.
Por su parte, el Mercadal, que juega este sábado por la tarde en campo del Santanyí (16.30 horas), lo hará para intentar seguir escalando posiciones en la tabla. Décimo clasificado con 38 puntos, tres menos que su contrincante de esta tarde (41), el Mercadal presume la séptima plaza que este ocupa como su gran objetivo para el último tramo de una temporada cuyo final, necesariamente, determinará el epílogo de una etapa. Así lo sugiere el fin de mandato de Toni Vila, que ha presidido el Mercadal a lo largo del último cuatrienio (asumió el cargo en julio de 2020, en plena pandemia, con la dificultad añadida que eso significó). Si posterior a su marcha, se mantendrá el actual proyecto deportivo, o no, dependerá de su relevo y de otros factores. Pero el fin de un ciclo, por lo menos a nivel directivo, es evidente.
Retornando al presente y al ámbito deportivo, el Mercadal, que amontona tres jornadas consecutivas sin perder, aunque su última victoria de visitante se remonta a finales del pasado mes de enero, cuando ganó al Inter Manacor, 1-2 (en los cuatro partidos siguientes como visitante, arrancó un par de empates y cayó ante Constància y Mallorca B), se mide a un equipo al que este año ya ha derrotado (en la ida en la Isla, 2-1), y que tiene en el atacante Mario Genovés, con pasado en la cantera del Levante y autor de nueve goles (sobre 27 encuentros) en la presente liga, su elemento más peligroso.
Un equipo que, además, en algunos fragmentos de la temporada se ha movido en órbita de la zona de playoff, aunque este, actualmente, se advierte un objetivo casi imposible. Pero por su fiabilidad en casa (solo dos derrotas como local esta temporada) y por sus recursos en plantilla, sin duda el Santanyí subyace como un duro escollo para un Mercadal cuyo objetivo para lo que resta de calendario, sin apreturas clasificatorias, se orienta en tratar de terminar en la mejor posición posible.