El Sporting de Mahón alcanzó ayer en Los Pinos su tercera final consecutiva de Copa División de Honor al derrotar en la tanda de penaltis al CE Alaior y de esta manera optará a su tercer entorchado copero consecutivo.
El partido se inició con un Alaior bastante ofensivo y que en los primeros minutos ya dispuso de dos ocasiones de gol por parte de Huéscar y Pons. En cambio, el Sporting, muy bien ordenado defensivamente, esperaba al error de la zaga albinegra para poder crear alguna ocasión de peligro.
Ambas defensas eras muy contundentes lo que hacía que el encuentro fuera muy trabado y duro en algunos momentos.
Primeras oportunidades
A partir de la media hora de encuentro, el choque se convirtió en un toma y daca. Un balón robado el Sporitng de Mahón llegó a Mario, que desde fuera del área soltó un zapatazo por el cual el balón hizo un extraño a Sam en el bote, colándose así en la portería y significando el 0-1.
El gol dejó descolocado al Alaior y el Sporting se animó más en ataque en busca del segundo tanto, pero el conjunto local volvió al partido y dispuso de alguna ocasión antes de llegarse al descanso.
Control blanquiazul
En los primeros minutos del segundo tiempo, los locales se fueron al ataque en busca del empate mientras el Sporting seguía con su plan de partido en defensa: no dejar pensar a los jugadores albinegros y aprovechar alguna contra para sentenciar el partido.
En el minuto 58, los de Jordi Pons Gregorio pudieron matar el partido en una jugada obra de Bilal y que Yasser desaprovechó con un disparo por encima del travesaño.
El Sporting de Mahón seguía conteniendo a los atacantes del Alaior, que con el paso de los minutos veían que se les agotaba el tiempo y no disponían de ocasiones claras.
Locura final
Ya en el tiempo de descuento y en la última jugada del partido, Jona era derribado dentro del área pequeña. El colegiado, sin dudarlo, señaló la pena máxima. Los jugadores mahoneses protestaron airadamente sin que cambiara la decisión y, en el minuto 98, Ramón Huescar marcaba de penalti el 1-1 ante la explosión de júbilo de la afición local.
Este empate daba paso los fatídicos penaltis, en los que el veterano Jesús Sastre fue el héroe al clasificar a su equipo para la final de Copa División de Honor.