Orgullosa con su plata al cuello, sonriente por un éxito que «no hubiera imaginado hace un par de años, y tampoco a principio de verano», Juana Camilión era una mujer feliz. La quinta deportista balear en colgarse una medalla olímpica, la octava para el baloncesto balear en los Juegos. «Esta medalla es algo increíble, el final a una bonita historia», refería la subcampeona en París 2024, después de perder por un ajustado 17-16 en la final ante Alemania, y después de eliminar y destronar a Estados Unidos en las semifinales del torneo de baloncesto 3x3.
«Estoy emocionada, cuando ganamos a Estados Unidos pensé: ya está, ya tenemos medalla. Es indescriptible. Esta plata nos sabe a oro», aseguraba la jugadora palmesana, que destaca la «calidad enorme» del equipo «deportiva y humana» y espera que este éxito en forma de medalla olímpica «ayude a lanzar el 3x3 en España».
«No se me pasó por la cabeza que pudiésemos ganar una medalla olímpica», dijo con enorme sinceridad la baloncestista del Molinar, que define el 3x3 como «emoción pura en sólo 10 minutos, en los que hay que darlo todo, es euforia, adrenalina», explicaba la deportista balear, primera medallista isleña en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La experiencia de los Juegos ha tenido un final «increíble» para Camilión, que recordará «para siempre estos Juegos, por cómo llegamos, cómo se han desarrollado y por esta medalla, que es para siempre», aseguraba Camilión. Ahora, ella y Gracia Alonso están llamadas a asumir los galones de la seleción española, un reto que le motiva. «Espero que Gracia y yo cojamos el legado de Vega (Gimeno) y Sandra /(Ygueravide). Han dejado el listón muy alto», recordó la balear, nacida en Mar del Plata, pero criada en Mallorca, cuyos familiares se desplazaron desde Palma y otros desde Argentina «recorrieron medio mundo para verme» en París, confesaba enormemente agradecida Juana, la quinta deportista balear con una medalla olímpica en su palmarés.