La de Alba Vargas pudiera haber sido otra historia. La de un gran pez que destaca en un estanque pequeño, Primera Balear. La del "pudiera haber sido". Pero un golpe de efecto le ha brindado a la jugadora de Ferreries una segunda oportunidad. "Siempre he dicho que me arrepiento de haber vuelto a la Isla con 16 años, tras marcharme para jugar en Eivissa", reconoce. Ahora, a diferencia de muchos, tiene la ocasión de resarcirse y demostrar que tiene talla y talento para abrirse paso en la Liga Femenina 2.
La hasta ahora jugadora del CD Alcázar Magon Events, de 184 centímetros, ha fichado por el CD Conquero de Huelva que milita en la Liga Femenina 2. "Esta temporada creo que he jugado bastante bien y a través de un representante me salieron un par de ofertas y me decanté por la del CD Conquero", explica la ferrerienca, que reconoce que tuvo ofertas otros años, pero que "me faltaba jugar más para tener confianza; ahora es el mejor momento para dar el paso".
Un paso en el que se ha encontrado el respaldo del conjunto rojillo "que se ha portado muy bien conmigo y me ha facilitado en todo momento la oportunidad de irme". "Con 21 años creo que siempre estaré a tiempo de volver a Menorca, por lo que creo que acierto marchándome", anuncia la jugadora, que ya se marchó de la Isla a los 15 años al Puig d'en Valls, de Ibiza en Liga Femenina, la máxima categoría nacional y donde sólo aguantó una temporada entrenando mañana y tarde. Era demasiado joven.
En esta nueva aventura que le lleva a Huelva, Vargas podrá compaginar sus estudios en marketing, donde sólo le resta un curso, con el baloncesto en un carácter un poco más profesional que el que ha tenido hasta ahora tanto en el CE Ferreries, "donde siempre me han dicho que puedo volver cuando quiera", y el CD Alcázar, "que se ha portado estupendamente conmigo".
"Espero que sea un año inolvidable y poder demostrar que puedo tener minutos", suspira la jugadora, que se marchará el 3 de septiembre, aunque no será hasta el 13 que arranque la pretemporada. "He hablado con el entrenador y me ha dicho que confía mucho en la gente joven, soy la tercera pívot, la primera rotación; creo que es un equipo ideal para mí porque necesito tener minutos para demostrar lo que valgo".
En Primera Balear, las rivales la temían. Ahora toca demostrarse a sí misma que, en el mar abierto, también puede ser un gran pez.