Paco Olmos tomó el domingo ante el Caja Laboral la decisión de confiar la rotación de Diego Ciorciari como base, a Rafa Huertas y, especialmente, a Raviv Limonad por considerar que no era un partido adecuado para el joven Micki Servera, en su deseo de protegerlo para que siga creciendo, según explicó en rueda de prensa.
Pues bien, esa decisión puede marcar una tendencia en lo sucesivo que podría solventar dos cuestiones inquietantes como quiera que el escolta israelí dio un buen tono en ese puesto, valorado por la propia entidad. Por un lado las escasa prestaciones ofensivas que ofrece Limonad en la posición de escolta, y por otro, mejorar el tono del equipo cuando Ciorciari precisa descansar y Servera no está especialmente acertado.
Fichajes, inasumibles
La situación del Menorca no permite asumir, a día de hoy, cambios en la plantilla a pesar de los ofrecimientos que llegan para reforzar los puestos de base y escolta. Le falta al equipo un tirador nato –es el que peor promedios presenta en canastas de dos puntos y triples– y también un segundo base más hecho que el talensoso pero joven jugador mallorquín. Es ahí donde aparece la figura de Limonad para potenciarle como alternativa enl a dirección del juego.
Limonad aún no ha completado su proceso de adaptacion considerando el cambio de cultura, situación personal y nuevo rol en un equipo en el que debe ser uno de sus referentes.
En todo caso, el desarrollo de la competición dictará si la postura de la cúpula menorquinista varía siempre que el mercado ofreciera alguna opción que resultara factible considerar.