¿Disputaría usted una Triatlón como la que se celebró en Fornells la semana pasada con 62 años? El francés Jean Yves Gautier (09/02/1949) lo hizo. Lleva 12 años practicando. A sus espaldas tiene 40 maratones y las pruebas Ironman (el doble que la Extreme Man del otro día) de Zurich, Roth, Embrun y Niza. Además ha militado en dos clubes, el AS Fresnes y el Aix les Bains.
¿Qué le pareció la Extreme Man Menorca?
Muy accesible, sin dificultad mayor. Por supuesto, no es fácil por la distancia, pero tampoco es muy dura.
¿Qué le gustó más y qué menos?
La salida de natación desde el puerto al amanecer fue muy bonita. Me encantó el circuito de bici, no tanto por los paisajes, aunque es muy agradable el trazado en el campo, sino por la calidad del asfalto y el hecho de que esté cerrado totalmente al tráfico. A pie, el recorrido de idas y vueltas esta muy bien para controlar a los otros participantes, pero también para animar a tus compañeros.
¿Cómo la vivió usted? ¿Se encontró bien?
Si y no. Estuve bien en natación, pero en bici me dolió un poco la espalda. A pie, sufrí de una lesión en el gemelo izquierdo...
¿Hubo algún momento en que pensó en abandonar?
A pie, al final de la primera vuelta, me dolía tanto el gemelo, que no tenía muy claro si acabaría. Me asusté pensando que tendría que abandonar. Tuve que frenar en la segunda vuelta, pero el dolor desapareció un poco y volví a apretar.
¿Cómo preparó la prueba?
De manera similar a otras pruebas, pero una lesión en la ingle me impidió correr desde Junio. Tuve que adaptar el entrenamiento. Hice bastante bici, sin grandes salidas.
El día antes de competir, ¿sintió algo especial, nervios quizá?
Más que nervios, el ambiente era sobre todo relajado, porque éramos 10 triatletas del club. Aprovechamos los días anteriores para reconocer los circuitos de bici y a pie, y eso ayuda también.
A la hora de competir, la adrenalina se dispara...
La verdad es que estaba bastante relajado. Estábamos alojados a 200 metros de la salida, y con nuestros acompañantes animando, estaba bien.
Y sus sensaciones cuando acabó la prueba... ¿Se recuperó bien?
Es un alivio, sin duda. Una gran satisfacción de haber acabado el reto. Se siente un bienestar muy importante después de la prueba. Es un placer cuando el sufrimiento se acaba. La post meta es un momento privilegiado para encontrarse con los amigos y compartir la experiencia. En el caso de Menorca, también era la última carrera del año, y mi última con mi club de siempre, el AS Fresnes, así que había más emoción que de costumbre.
Su deporte es especialmente duro. ¿Lo recomendaría?
Es verdad que es un deporte duro, pero es accesible si te involucres un mínimo en la preparación. Sobre todo, te aporta mucho.
¿Qué le pareció Menorca?
Era la primera vez que venía y quizá repita. Fue un triatlón de ensueño, sobretodo viniendo de París. Parecían unas vacaciones. Es un destino exótico, y por eso nos quedamos dos días más.