Rostros bronceados, torsos descubiertos, conversaciones entre tripulantes y material, mucho material, disperso en tierra, justo delante de cada barco bajo un sol preveraniego de justicia conforman el paisaje complementario en el muelle de levante del puerto de Maó donde cohabitan ya los 12 lujosos barcos que van a protagonizar una de las regatas más exclusivas del Mediterráneo, la Menorca Maxi, en su primera edición, promovida por el Consell Insular de Menorca.
Los nueve Wally y los los tres imponentes J Class, de mayor eslora -Ranger, Hanuman y Lionheart- dominan la rada mahonesa esta semana provocando la admiración de quien los sorprende en su recorrido por el incomparable paraje de la geografía insular. Hablamos de cascos de más de dos o tres millones de euros aunque los tripulantes, bien por timidez o por expreso deseo de sus armadores (propietarios), prefieren no revelar su verdadero coste. Son, en todo caso, los objetos tangibles de toda una industria que mueve millones y millones de euros, tanto por el poder adquisitivo de quien puede poseerlos o compartirlos, como lo que generan a través de patrocinadores y constructores.
A partir del jueves saldrán a la mar a disputar una competición de vela con la costa menorquina como referente, bajo la producción del Club Marítimo de Mahón. La flota, dividida en las dos clases, contará con representación española, el Galma, de Alberto Palatchi, uno de los impulsores de esta Menorca Maxi, que no parte como favorito pero sí con una mayor cuota de responsabilidad por aquello de la bandera nacional que luce.
Entre los wally es el Magic Carpet Cubed británico -ocho de los barcos participantes poseen bandera inglesa- quien parte como favorito. Su capitán, Daniel Gallichan, explicaba ayer a este diario que es el barco más nuevo de la flota y viene de ganar la Palma Vela, aunque eso no le asegura el triunfo en Menorca.
La Menorca Maxi tiene mañana su primera jornada oficial en la que se realizarán los controles y a las 12.30, una regata de entreno.