Un combate a la crisis. O contra la crisis. Es la realidad del mahonés Javier Jerez Orfila, de 41 años de edad, con cuatro hijos, un trayecto de quince años en el mundo del boxeo y diversas incursiones en el kick boxing. Tras cuatro años en paro, acuciado por la dramática coyuntura económica que asola a una ingente porción de la sociedad, Jerez deja atrás su Isla natal y marcha mañana rumbo a México, país de amplia tradición pugilística, donde se establecerá para emprender una nueva vida y tal vez alcanzar su sueño de poder dedicarse en plenitud al boxeo, en su caso, algo más que una pasión. Esta es su historia.
Nacido en Maó, «mi madre es de aquí, mis abuelos también... me siento muy menorquín, pero ya no puedo más. Este verano he trabajado durante quince días, tras cuatro años en el paro, y no hay para más... la situación hace tiempo que es insoportable, de ahí la decisión de irme», inicia Jerez, que merced a vínculos familiares de «mi mujer en México» ha fijado su presente y futuro en la nación azteca, en concreto en Guadalajara, una de sus mayores urbes.
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