El bádminton menorquín ha dejado atrás su ciclo más discreto en cuanto a presencia y participación, para, en el último par de años, advertir un auge que le ha devuelto un papel protagónico dentro del mapa del deporte insular y que encuentra en la Liga Menorquina uno de sus principales reflejos y activos.
La competición, instaurada durante la temporada anterior como fórmula para incrementar el nivel de los entrenamientos inter-semanales promovidos por diversos clubes locales, no solo se ha consolidado sino incluso crecido de cinco a siete equipos en el presente curso (que ha agotado ya su tercera jornada), para concentrar a más de ochenta jugadores en la misma, combinando perfiles de experiencia y veteranía con nuevos y jóvenes valores.