La Copa del Rey de Barcos de Época fue víctima este viernes del anticiclón que afecta al conjunto del archipiélago balear y cerró su segunda jornada en blanco, sin que los esfuerzos del Comité de Regatas se vieran recompensados. La vela es un deporte sometido más que ningún otro a los caprichos de la naturaleza. Y ésta decidió que no habría regata en el Club Marítimo de Mahón.
Tanto la previsión de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) facilitada a todos los armadores a primera hora de la mañana como la visual que ofrecía la rada mahonesa hacían presagiar una jornada "complicada en el mejor de los casos". Chimo González Devesa, presidente de la Federación Balear de Vela y miembro de la organización, era consciente de que con cinco nudos como mejor registro iba a ser casi imposible montar un recorrido. “Estos barcos son pesados y necesitan un mínimo de siete nudos para empezar a moverse”, advirtió antes del primer aplazamiento.
La situación apenas cambió a lo largo de la mañana, en que el viento, como es habitual cuando escasea, se mostró muy inestable. El Comité aguantó en el mar hasta que se hizo evidente que las insuficientes brisas del mediodía estaban amainando. A las 15.10 horas se terminó la paciencia y llegó a la sala de prensa un escueto mensaje de Whatsapp procedente del equipo de mar: “No wind, no race”.
Muchos participantes, sabedores de que casi con toda seguridad no habría prueba, aprovecharon las horas centrales del día para darse un baño. A su llegada a puerto, los regatistas se mostraron resignados y en general consideraron que la decisión de no dar la salida había sido correcta.
Karen Luckey, tripulante del Chinook (1916), segundo clasificado en la clase Época Cangreja (barcos botados hasta 1950 con aparejo trapezoidal), declaró que, de haberse disputado la regata, su embarcación hubiera dado alcance al líder, el Olympian (1913), con el que ayer mantuvo una emocionante pugna: “Aunque siempre es mejor navegar, aceptamos que no haya habido prueba, ya que sin viento no es posible competir. Sin embargo, con brisas ligeras vamos muy bien y somos más rápidos que ellos”.
El patrón del Skylark (1937), Tony Morse, que ocupa la segunda plaza en la categoría Época Bermudiana por detrás del Cippino (1949), coincidió en que la regata “no hubiera sido justa” en caso de disputarse “Personalmente -añadió- me hubiera gustado navegar. Si mañana ganamos, nos llevaremos la victoria final, así que mantenemos todas las opciones”.
Según Paco Bacquelaine, armador y patrón del Lohengrin (1974), que no se ha perdido ninguna de las 16 ediciones de la Copa del Rey de Barcos de Época, aunque ha participado a bordo de barcos diferentes, el Comité acertó. “La falta de viento no ha dejado que haya regata y nunca sabremos si esto nos ha perjudicado o beneficiado. Nuestro gran rival es el Calima (1970), que cuenta con una gran tripulación”.
La Copa del Rey se reanudará este sábado, si el tiempo lo permite, a las 12 horas. La previsión no es mucho mejor que la de este viernes: viento de levante con rachas máximas de 8 nudos. El anuncio de regata contempla la posibilidad de realizar dos mangas en un solo día, pero no parece que las condiciones lo permitan.
La entrega de trofeos está programada a las 20 horas de este sábado en la terraza del Club Marítimo de Mahón.