La Isla sufre su primer día, salvo servicios imprescindibles, sin actividad alguna a causa del coronavirus. De la pandemia, cuya propagación y expansión ha sumido a la población occidental en una situación inédita y desconocida, no ha podido escapar ninguno de los estratos de la sociedad, entre los que obviamente se incluye el mundo del deporte, paralizado hasta «nueva orden». De martes a viernes de la semana que hoy agota, y a un ritmo casi de vértigo en las primeras 48 horas, el goteo de competiciones, disciplinas y clubs anunciando el cese de sus actividades resultó una constante. A nivel local, nacional y mundial.
Campos, pistas, pabellones... el habitual escenario del deporte se ha quedado sin protagonistas, sin actores, coyuntura a partir de la que este diario pulsa a una muestra representativa de los mismos para conocer como afrontan estos días de incertidumbre y en los que la posibilidad de desarrollar su función, pasión o profesión, les ha sido vetada por una causa de fuerza mayor. La vida sin deporte para nuestros deportistas.