El CCE Sant Lluís está en llamas. La relación entre la presidenta de la entidad, Cati Fanals, y varios integrantes de su junta directiva ha alcanzado tal grado de tensión que ha derivado, en las últimas 48 horas, en la renuncia a continuar formando parte de la misma de los directivos responsables de la sección de baloncesto del club, Martí Huguet y Quique Andreu, quienes presentaron su dimisión el miércoles, y del de atletismo, Richi Sintes, que la noche de este jueves hizo efectiva su renuncia a través de una carta.
Estas tres marchas se suman a las que se han ido produciendo desde 2020, cuando Cati Fanals inició su mandato. No en vano, con anterioridad, en los meses previos, Kote Vidal, Ignasi Jover, Rita Pons y Tito Roig, además de la secretaria del club, también rechazaron seguir integrando la estructura del CCE Sant Lluís, lo que sumadas a las tres que han ocurrido esta semana, motiva que la actual junta directiva de la entidad alojada en Ses Canaletes haya perdido más del 50 por ciento de sus miembros y, según indica uno de los directivos dimisionarios, «habrá que convocar elecciones, así lo indican los estatutos del club».
En ese sentido, desde las secciones de baloncesto y atletismo del CCE Sant Lluís, aseguran que «nos falta dinero, todos los recursos se destinan al fútbol» y sus quejas se centran en el proyecto femenino, «un agujero para la economía de la entidad» y en el «trato» de la dirigente, subrayan.
Del mismo modo, lamentan que «culturalmente, que esto es también un centro cultural, no se ha hecho nada» y deslizan que desde el Ayuntamiento de Sant Lluís «tampoco comulgan con las formas de la presidenta».
Por su parte, la presidenta del CCE Sant Lluís, Cati Fanals, admitió la noche de este jueves para este diario que «esperaba» el ramillete de renuncias que se ha producido, y entiende que le afecta en el sentido de que «tenga que haber un número de directivos en concreto». «Supongo que esto propiciará que habrá que convocar elecciones, pero si se trata de llevar el club, la gestión, con los que estamos ahora lo sacaremos adelante», abunda la mandataria.
Y añade Cati Fanals. «El CCE Sant Lluís es una empresa de gran envergadura y la gestión tiene que ser seria, con rigor, no como ellos quieren que se haga –en alusión a los directivos que han renunciado– y a la hora de pagar, que lo haga otro».
Fanals quiere «dejar claro» que no tiene «nada» en contra del baloncesto ni del atletismo, sí dice advertir «un cierto odio entre las secciones de fútbol y de baloncesto» y precisa que cuando se produjo su incursión en la presidencia del CCE Sant Lluís, «una de las condiciones que planteé era la de ‘fer club'». «Conozco bien lo que es la entidad, lo que significa para el pueblo y lo complicado que es encontrar gente que se presente para presidirlo, pero aquí tiene que haber un control económico, no funcionar por amiguismo, sino con seriedad. De lo contrario, a la que te despistas, se te va de las manos».
Por último, Cati Fanals dice que «si tengo que convocar elecciones, lo haré, pero mientras seguiré adelante y sobre todo, no quiero que todo esto afecte ni a los jugadores ni al día a día del club», sentencia Cati Fanals. El Sant Lluís, en llamas.