Rafael Nadal ha anunciado este jueves su renuncia al Masters 1000 de Madrid y ha elevado las incógnitas sobre su futuro inmediato en la temporada de tierra batida. El mallorquín, que recientemente ya se vio obligado a ausentarse de las citas de Montecarlo y Barcelona, ha advertido que no se encuentra en disposición de «dar plazos» para su regreso una vez que ha tenido que cambiar el tratamiento para recuperarse de la lesión en el psoas ilíaco de la pierna izquierda que sufrió en el Abierto de Australia.
«La lesión sigue sin curarse y no puedo trabajar lo que necesito para competir. Estaba entrenando, pero ahora hace unos días hemos decidido cambiar un poquito de rumbo, hacer otro tratamiento y ver si las cosas mejoran para intentar llegar a lo que venga. No puedo dar plazos porque si los supiera os lo diría pero no lo sé. Esta es la situación actual», ha explicado Rafael Nadal a través de un vídeo en el que también ha precisado que intentará alterar la dinámica actual para poder acudir a Roland Garros, que alza el telón el próximo 28 de mayo. «No me queda más que intentar estar con la actitud adecuada durante todo este tiempo, intentar darme la oportunidad de competir en alguno de los torneos que queda de la temporada de tierra y no me queda más remedio que trabajar y estar con la mentalidad adecuada».
La situación es muy complicada para Nadal, que no juega desde el pasado mes de enero cuando cayó ante Donald McKenzie en la segunda ronda del Abierto de Australia. «En principio tenían que ser de seis a ocho semanas de período de recuperación y ya vamos por la catorce. La realidad es que la situación no es la que hubiéramos esperado. Se han seguido todas indicaciones médicas, pero de alguna manera la evolución no ha sido la que en principio nos dijeron y nos encontramos en una situación que es difícil», ha explicado lamentando que tenía la ilusión de poder disputar «los torneos más importantes en mi carrera como Monte Carlo, Barcelona, Madrid, Roma, Roland Garros y de momento me he perdido Monte Carlo y Barcelona».