Una vez más, a Ons Jabeur se le hizo de noche el día más importante. La tunecina, que pelea por ella y por toda África, se derrumbó en la final contra Marketa Vondrousova (6-4 y 6-4), que se coronó como campeona de Grand Slam en Wimbledon.
La checa, en un partido impoluto en el que apenas cometió trece errores, se resarció de la primera final que perdió en un Grande, en Roland Garos 2019, y con 24 años se convierte en campeona de Wimbledon, el título, de largo, más importante de su carrera deportiva. Jabeur tendrá que seguir esperando para ser la primera ganadora africana de un Grand Slam. Esta ya es la tercera final que pierde, tras Wimbledon 2022 y US Open 2022, y volvió a demostrar que los momentos importantes le superan.
Porque hizo un inicio de partido arrollador y aun así se fue de vacío. Jabeur ganó 15 de los primeros 20 puntos y se llegó a poner 4-2 arriba tras más de 30 minutos de partido. Olía a partidazo y a primer título para la tunecina, favorita ante una tenista que partía como no cabeza de serie y que es la jugadora en la Era Abierta con peor ránking en ganar una final en Wimbledon. Pero comenzó a fallar, como una escopeta de feria. Hasta se golpeaba en la pierna por pura frustración, porque sabía que la zurda checa no estaba haciendo nada espectacular y era ella la que lo estaba regalando. Así se le fue el primer parcial, con cuatro juegos seguidos perdidos, y se le pudo ir también el partido completo, cuando comenzó el segundo set 1-0 y 40-0 arriba para Vondrousova.
Comenzó ahí la 'mini rebelión', con cinco puntos seguidos para Jabeur, incluido un 'passing' de revés que pareció cambiar el rumbo de la tarde. La tunecina ganó tres juegos seguidos y se puso con 3-1 y servicio. Volvía al partido, se sacudía los nervios, pero Vondrousova no se amargó.
Se sostuvo en los momentos difíciles y se aprovechó del miedo de la africana, que ha vivido las dos caras de la moneda. Contra Elena Rybakina, el año pasado, cedió la final tras ganar el primer set y estar cerca de la victoria, esta vez, sucumbió porque sabía que estaba cerca la derrota.
Vondrousova hizo una última volea que le dio el título y se lanzó al suelo de pura alegría, antes de subir a su palco, donde su familia se deshacía en lágrimas. También lloraba Jabeur, mientras recogía el plato de subcampeona. «Es la peor derrota de mi vida», aseguró la tunecina, completamente rota y descorazonadora. «Va a ser un día muy duro para mí, pero volveré más fuerte. Algún día lo conseguiremos, lo prometo».
Vondrousova recibió el Plato de Venus de manos de la princesa de Gales y escribe su nombre en el muro de las campeonas y enfrente de Martina Navratilova y Billie Jean King.
«El tenis es una locura, ganar esto después de lo que he pasado...», dijo en el discurso de ganadora Vondrousova, que el año pasado se perdió el torneo por una lesión en la mano.