Con oficio y apretando los puños, Carlos Alcaraz se clasificó este sábado para los octavos de final del Abierto de Estados Unidos tras vencer al correoso Daniel Evans, que le puso las cosas bastante complicadas a partir del tercer set.
Vigente campeón en Flushing Meadows y número uno de la ATP, Alcaraz se impuso al británico, que ocupa la posición 28 del mundo, por 6-2, 6-3, 4-6 y 6-3 en tres horas y 11 minutos.
El español, quien dejó algunos golpes magistrales que levantaron a la afición de Nueva York (especialmente uno impresionante en el cuarto set), se enfrentará en la siguiente ronda al italiano Matteo Arnaldi (61), que dio la sorpresa eliminando en tres mangas al británico Cameron Norrie (16).
Evans, a quien ha ganado en sus tres enfrentamientos hasta ahora, era el primer test 'serio' para Alcaraz tras pasar la primera ronda por la retirada debido a una lesión del alemán Dominik Koepfer (75) y después de su victoria sin ceder un set contra el sudafricano Lloyd Harris (177) en el segundo cruce.
Alcaraz se mostró superior a Evans en las dos primeras mangas, pero se atascó a partir del tercer set y tuvo que sudar para sacar el partido adelante, una valiosa lección para los peligros que le acechan en el resto del camino a la final.
«Es un rival complicado (...). Creo que cuando jugamos el uno contra el otro siempre es un show en la pista (...) con grandes puntos y grandes golpes», dijo, nada más terminar el encuentro, un Alcaraz «muy feliz» de estar ya en octavos. «Jugamos grandes puntos que me sacaron una sonrisa. Y a Daniel también. Es genial ver eso en una pista. Obviamente, jugamos para que la gente esté contenta, para entretenerlos», añadió.
En cualquier caso, Alcaraz no llegó al sufrimiento de Novak Djokovic (2), su gran rival por el otro lado del cuadro y que vivió un calvario el viernes hasta la 1.30 de la madrugada para levantar dos sets en contra y remontar con gran dosis de épica al también serbio Laslo Djere (38).
SIN PERDER TIEMPO
Avisó Alcaraz en la previa sobre Evans, un «duro» británico de 33 años con «buen servicio, buena volea y buen juego de red». «Tendré que restar muy bien si quiero ganar ese partido», comentó el murciano, que no perdió el tiempo en ponerse manos a la obra: en seis minutos ya había roto el servicio a Evans en su primer turno al saque y en 15 minutos ya iba 3-0 tras un nuevo 'break'.
Alcaraz se encuentra en su salsa en las sesiones nocturnas del Abierto de EE.UU. con el ruido, el show, la música -cante él o no «Vagabundo» de Sebastián Yatra- y el ambiente festivo de unas gradas donde las copas no dejan de circular.
Este sábado le tocó saltar bajo el sol del mediodía a un Arthur Ashe Stadium, la pista central del torneo, que ya siente como su casa. Pero lo que no cambió en el arranque de este duelo fue su aplomo y contundencia sobre la pista, su relajación y confianza en los momentos más tensos y su amplia sonrisa apunto de asomar en cualquier instante.
A Evans le tocó 'sufrir' esa sonrisa y también la explosiva derecha de Alcaraz, una tortura constante para el inglés en ese primer set que el de El Palmar se anotó en 47 minutos tras salvar un par de bolas de 'break'.
Entre el final del set y el comienzo del segundo, el de Birmingham mejoró notablemente e igualó a un Alcaraz no tan preciso como en el arranque. Así, Alcaraz concedió su primer 'break' con una subida temeraria a la red en la que le cazó Evans (0-2). Pero poco le duró la alegría al británico, que se enredó con dos dobles faltas seguidas y perdió el saque justo a continuación (1-2).
Se revolvía Evans sabiendo que había desperdiciado una ocasión de oro. Su frustración empezó a crecer, la red se le hizo enorme y los errores se le amontonaban. Alcaraz, sin tener que meter una marcha más, lo aprovechó para romperle de nuevo el saque y después finiquitó el set también desde el resto.
No era el partido más vistoso del mundo pero con Alcaraz siempre hay destellos de magia aquí y allá. Eso pasó en el segundo set con un peloteo fabuloso en el que los dos tenistas se intercambiaron varios globos y que acabó con punto para Evans y los dos tenistas sonriendo entre los aplausos del público.
SUSTO Y RECUPERACIÓN
En el tercer set, Evans volvió a tomar ventaja con un 'break' (3-4) justo después de haber estrellado la raqueta en el suelo tras un punto increíble que Alcaraz salvó de forma milagrosa.
Esa vez sí pudo consolidar su rotura frente a un Alcaraz que pasaba su momento más delicado del encuentro y que dio varios gritos de enfado, especialmente tras haber malgastado dos pelotas de 'break'. Con Evans sacando para ganar la manga, Alcaraz salvó cuatro puntos de set -alguno de ellos con muchísima fortuna-. Pero al quinto claudicó y, con rabia, golpeó su bolsa con la raqueta antes de sentarse y tomar fuerzas para el cuarto set.
Ambos tenistas empezaron sólidos con su saque pero Alcaraz mantuvo la calma con serenidad y supo esperar su momento. Ese instante clave llegó con 3-2 y una bola de 'break' para el murciano, que concretó la rotura con uno de los mejores golpes del torneo hasta la fecha: una derecha 'imposible' que sorteó la subida a la red de Evans y que entró por milímetros ante el asombro del estadio.
La reacción de Evans fue comprensible: mirada perdida, cara de circunstancias y raqueta al suelo. Ya con 4-2 a su favor, Alcaraz no quiso más sorpresas, se refugió en su servicio y sacó el billete para octavos.