Los pilotos de Fórmula 1 han mostrado su descontento por la organización del Gran Premio de Catar, decimoctava cita del Mundial, asegurando que fue «más allá del límite de lo aceptable», en palabras del británico George Russell (Mercedes), y que era «demasiado peligroso» pilotar, como afirmó Lando Norris (McLaren).
El piloto canadiense Lance Stroll (Aston Martin) confesó que se desvanecido y había perdido el conocimiento debido al calor extremo y la humedad durante la carrera de 57 vueltas del domingo en Losail; además, fue visto tropezando camino de la ambulancia momentos después de salir de su Aston Martin.
Mientras, el tailandés Alex Albon fue tratado por exposición aguda al calor en el centro médico de la pista, y su compañero en Williams Logan Sargeant se vio obligado a aparcar su coche por enfermedad. El piloto francés Esteban Ocon (Alpine) también vomitó durante la carrera.
Las temperaturas en las cabinas de los pilotos superaron los 50 grados en una prueba que duró una hora y 28 minutos. Russell, de 25 años, que es director de la Asociación de Pilotos de Grandes Premios, reveló que estuvo a punto de desmayarse después de remontar desde la última a la cuarta posición tras su choque en la primera curva con Lewis Hamilton. «Lo de hoy ha superado el límite de lo aceptable. Más del 50% de la parrilla dijo que se sentía mal, que no podía conducir y que estuvo a punto de desmayarse», manifestó.
«No quieres desmayarte al volante cuando conduces a 300 km/h, y así es como me he sentido en algunos momentos. Si hubiera hecho más calor, me habría retirado porque mi cuerpo estaba a punto de rendirse», desveló.
Esta ha sido sólo la segunda edición de la carrera de Catar y la primera de un contrato de 10 años que, con unos 55 millones de dólares por temporada, es uno de los más lucrativos para Liberty Media, los propietarios de la Fórmula 1. La edición del año que viene se celebrará dos meses más tarde, en diciembre, cuando se espera que haga más frío.
Norris, de 23 años y que terminó tercero, también se quejó de las condiciones. «Hoy hemos encontrado el límite y es triste que hayamos tenido que encontrarlo así. Nunca es agradable estar en una situación en la que la gente acaba en el centro médico o se desmaya. No es una situación en la que se pueda decir 'los pilotos tienen que entrenar más'. Estamos en un coche cerrado y hace muchísimo calor», subrayó.
«Está claro que cuando hay gente que acaba retirándose o en tan mal estado es demasiado. Es demasiado peligroso. Sé que el año que viene esta carrera será más adelante en la temporada y hará menos calor, pero sigue siendo algo que hay que abordar. Estoy seguro de que hablaremos de ello, porque no debería haber ocurrido», finalizó.