Innovación, experiencia, trato familiar y compromiso firme con la isla. Así se define la trayectoria de CasasenMenorca.com, la inmobiliaria más veterana de Menorca. Al frente, Isabel Petrus, una profesional que ha vivido en primera persona la evolución del sector (también es delegada en Menorca de la asociación API Baleares) y que ha hecho de la atención personalizada y la honestidad su sello. Con oficinas en Maó, Alaior, Es Castell y Ciutadella, y un equipo multidisciplinar de más de 20 personas, la empresa se ha consolidado como una referencia para la compraventa de casas en la isla.
- Con cerca de 40 años de trayectoria, ¿cómo ha evolucionado CasasenMenorca para adaptarse a los cambios del mercado?
- El mundo ha cambiado mucho. Yo empecé como empleada en la primera inmobiliaria que se abrió en Menorca (Oliver Mateu). Con los años fui socia y luego me quedé la parte de la empresa que operaba en Menorca. En el 2013, cuando empezábamos a salir de esa crisis de 2008 que nos dejó medio muertos, cambiamos el nombre de la empresa por otro que tuviera más impacto en internet: CasasenMenorca.com. Ahora si buscas casa en Menorca por internet, estamos muy bien posicionados. Nada te hace más fuerte que pasar una crisis así, te prepara para lo que vendrá después. Así que ese fue el punto de inicio de nuestra modernización. Y también desde entonces nos hemos dedicado a asegurar y consolidar la empresa, además de invertir en las nuevas tecnologías, que son prioritarias y esenciales.
- ¿Qué diferencia y hace especial a su inmobiliaria?
- Somos una empresa muy vinculada con la gente de aquí. Somos la agencia que le suena a la gente de Maó. Hace tantos años que estoy aquí, que he vendido pisos a los hijos de los que me compraron pisos tiempo atrás. Intentamos dar un trato muy personalizado. Para nosotros, Maó y Menorca en general es muy importante, en el sentido que la gente de aquí es prioritaria. A veces vienen a consultarme por operaciones que no hacemos, como una hipoteca inversa, pero les asesoro encantada. Tienen siempre la puerta abierta. También tenemos un asesor fiscal y una arquitecta técnica que vienen cada semana a la oficina para atender de forma gratuita cualquier duda o consulta que nuestros clientes tengan, y así asegurarnos de estar al día en cuestiones fiscales y urbanísticas. Son servicios que la agencia paga para dar tranquilidad y seguridad.
- ¿Qué otros servicios ofrecen?
- Intentamos abaratar al máximo las gestiones a los que compran. Por ejemplo, si hay gastos para cancelar una hipoteca, intentamos hacerlo nosotros para ahorrar gastos. El cambio nombre de luz y agua también está incluido en nuestros honorarios. Estamos al día de cómo funcionan las hipotecas en el banco, hacemos recomendaciones, revisamos los impuestos que aplican según la situación personal, si pueden optar a un aval del Ibavi… intentamos buscar vías de ayuda. No podemos hacer mucho más, no somos promotores. Solo hacemos venta y alquiler, aunque alquiler muy poco porque no hay mucha oferta de propiedades, para todo el año.
- La empresa también destaca por su apoyo a iniciativas sociales y solidarias…
- Yo soy una persona que cree en devolver una parte importante a la sociedad y a la isla que nos da de comer. Y lo hacemos apoyando a las entidades en las que creemos: somos mecenas y patrocinamos el Teatro Principal de Maó, el Hestia Menorca básquet, el futbol menor de la Unión; también colaboramos con Cáritas Menorca, ASPANOB, la AECC, Manos Unidas, los conciertos de verano con Simón Orfila en Alaior, apoyos puntuales… la puerta está abierta. Cada año hacíamos 10.000 revistas, pero este año hemos decidido no seguir porque cuando salen los precios ya están caducados y las casas vendidas. Así que hemos hecho un mapa de Menorca con un QR con los precios y direcciones actualizados. Con este ahorro de papel, hemos decidido dar un cheque de 1.000 euros para ASPANOB. Es el sentido de nuestra empresa, desde siempre. Estoy orgullosa de ello y considero que es lo lógico. Si todas las empresas lo hicieran, revertiríamos de forma importantísima en temas culturales y sociales.
- ¿El perfil del comprador ha cambiado con los años?
- Siempre hemos trabajado con gente local. Intentamos que la gente de Menorca se sienta aquí como en casa. Pero no podríamos tener el volumen de personal que tenemos en el negocio si no fuera por el sector extranjero y de segunda residencia. Es un motor económico importante. En Balears la compraventa y la rehabilitación de viviendas supone un 11% del Producto Interior Bruto. El peso es enorme.
- ¿Qué ventajas tiene tener un despliegue de oficinas por toda la isla?
- Nos va bien así. Tenemos dos oficinas en el centro de Maó; una en Alaior que es pueblo en el que he vivido y me siento muy identificada, que cubre la zona centro de la isla; una en Es Castell, que funciona muy bien a cargo de Irene Coll, muy vinculada a la población; y una pequeña oficina en Ciutadella, que cubre también Ferreries. Así llegamos a toda la isla.
- A nivel de demanda, ¿qué es lo más solicitado hoy en día?
- Chalets hay y todavía se pueden construir para segunda residencia. El gran problema y la gran demanda es la primera vivienda para residentes, que se ha disparado el precio de forma terrible porque no se construye. A veces me espanto de los precios que salen a la venta, porque hay que aclarar que nosotros no ponemos los precios. Los propietarios consultan y nosotros les damos un mínimo y un máximo que consideramos que pueden pedir. Pero mucha gente decide ponerlo más alto, aunque luego tiene que bajarlo por la realidad que hay.
- ¿Cómo se aborda esto?
- La solución es construir pisos nuevos. Serán caros, pero a lo mejor alguien que ya tiene la casa pagada, la venderá para comprar otra nueva un poco mejor, y quedará una opción disponible no tan cara. Antes, la causa principal de la pobreza era la falta de trabajo. Ahora es la vivienda. Porque a veces un salario entero se va al alquiler y gastos de casa. Los alquileres son inestables, así que preocuparnos por acceder a una primera vivienda es absolutamente prioritario. Y veo la implicación de muchos padres para ayudar a sus hijos a comprar. Yo siempre digo lo mismo a los jóvenes que buscan: compra lo que puedas comprar. Tal vez no será ahora tu casa ideal o la que querrías, pero si tienes una hipoteca, estás haciendo tuya una casa; y si un día las cosas te van mejor, la puedes vender y tener una entrada importante para permitirte la casa que quieres para el resto de tu vida. Pero si siempre esperas a encontrar la casa ideal, nunca empezarás y estás perdiendo la oportunidad de convertirte en propietario. Y lo importante es tener un techo sobre la cabeza.
- ¿Qué papel juegan las tecnologías y el marketing en la forma de presentar sus propiedades?
- En nuestra oficina tenemos a cuatro personas (dos periodistas y dos técnicos) trabajando solo en la página web, programas especializados, redes sociales, etc. La gente busca inmediatez y máxima información en el mínimo espacio. Todo esto es vital. El escaparate ya no es el de la calle, aunque una buena dirección siempre es importante y ayuda a inspirar confianza. Ahora lo importante, más que la posición física, es el posicionamiento en internet y esto cuesta. Poner un anuncio online puede parecer muy barato, pero hacer el trabajo bien hecho cuesta mucho dinero.
- ¿Qué objetivos tiene a medio plazo?
- Como directora y propietaria de esta empresa tengo un único objetivo: seguir viva y con salud para seguir llevando la gestión de la empresa como me gusta a mí, con una atención muy personalizada. Tener más de 40 años de experiencia en este sector significa que tengo una edad, pero mi ilusión sería seguir así otros 10 más. Me gusta mucho el dicho «el último traje no tiene bolsillos», no nos llevamos nada de esta vida. Yo soy una niña del barrio de La Plana, el barrio más obrero de los que pueda haber en Maó. Ni nací rica, ni moriré rica, pero la inmobiliaria nos ha permitido vivir bien. Y mi objetivo es que la gente que trabaja a mi lado, el equipo humano de más de veinte personas que tenemos, viva bien. Que se puedan comprar una casa, que puedan estar tranquilos… lo prioritario no es facturar un tanto por ciento más. Hacer el trabajo bien hecho y mantenernos en este ritmo. Como empresaria creo que a quien se para, le adelantan. Por tanto, esto nos obliga siempre a hacer más y seguir avanzando. Para mí, un gran éxito es que, en el momento de firmar, comprador, vendedor y nosotros como intermediarios quedemos todos satisfechos.