La hoja de ruta 2025-2050 pasa por un modelo hídrico de equilibrio entre los aportes naturales y los artificiales o tecnológicos, como la transformación de las pluviales, los sistemas terciarios, la regeneración de aguas depuradas y los aportes de desaladoras.
El ingeniero Manel de Febrer recordó en su ponencia que «solo una de cada cuatro gotas de lluvia se convierte en agua aprovechable, en el reparto de las precipitaciones, la infiltración eficaz, que llega al acuífero, es de un 20 por ciento, de 40 a 50 hectómetros cúbicos, el resto se evapora o se va al mar».
Con extracciones de entre 20 y 24 hectómetros cúbicos al año (12 para consumo humano y de 10 a 12 como estimación del agrario), el equilibrio se mantiene en años húmedos pero en los secos, la recarga desciende de 38 a 40 hectómetros cúbicos y hay déficit.
El ingeniero cree que «la resiliencia hídrica de Menorca es posible pero requiere una visión insular integral, un consorcio del agua, unificar criterios técnicos, así como la gestión operativa y la política tarifaria en toda la Isla». De Febrer señaló que para evitar restricciones y tener agua de calidad, recarga y consumo deben estar en equilibrio, «reduciendo la presión sobre los acuíferos». Señaló el emboscamiento, la pérdida de terreno agrícola, como causa de una menor capacidad de infiltración del suelo y del aumento de la evapotranspiración. Con aportaciones de agua desalada y regenerada –no más del 18 y el 16 por ciento respectivamente–; agua pluvial urbana recuperada, 4 por ciento; e infiltración controlada, del 5 al 11 por ciento, la extracción del acuífero debería bajar a 13-15 hectómetros cúbicos anuales.
DOCUMENTO | Intervención de Manel de Febrer en el foro (PDF)