Los niños esperan los potentes cañonazos. Sus padres los acompañan y disfrutan de la escenificación, aunque a algunos nada de lo que ven les sorprende, porque ya lo han visto en otras ocasiones. Pero a mediodía de este domingo en la plaza Explanada de Es Castell había también decenas de turistas británicos, atentos, cámara o teléfono móvil en mano, a la recreación de un momento histórico que une su lugar de origen con su actual destino de vacaciones.
La escenificación del izado de la bandera del Regimiento de Soria derivado del Tratado de Amiens por el que la Isla cambió de manos (el evento original se remonta al 16 de julio de 1802) lleva ya dos años y casi medio en marcha, como consecuencia de la colaboración entre el Ayuntamiento de Es Castell, el Consell y el Consorcio del Museo Militar de Menorca.
Para esta temporada se han programado cuatro citas, y la de ayer fue la penúltima. El ciclo se cerrará el 12 de octubre, Día de la Hispanidad.
En la representación participan unas treinta personas. Se inicia con puntualidad británica y se adereza con comentarios en tres idiomas. No faltan la música y los caballos, ni la solemnidad militar. Los cañonazos le ponen la sal.