Ya durante la campaña de excavaciones realizada el verano pasado por los Amics del Museu de Menorca se intuía la posibilidad de que en el patio delantero del círculo número seis del yacimiento de la Torre d'en Galmés existiera un silo. Tras retomar la actividad el pasado mes de julio, el equipo de trabajo ha ahondado en el terreno para descubrir la que a buen seguro podría ser la cisterna más grande de la que se tiene conocimiento en un poblado talayótico.
El hallazgo, encontrado junto a una estructura de ámbito doméstico, cuenta con cuatro metros de diámetro en su boca y cinco metros de profundidad. La hipótesis con la que se trabaja y que a priori parece tener más posibilidades, la de la cisterna, según explica Martí Carbonell , uno de los codirectores de la excavación, tendrá que ser confirmada en los próximos meses una vez realizado un trabajo más exhaustivo. Al igual que su datación, que «probablemente», avanza Carbonell, sea de la época talayótica.
«Las conclusiones habrá que encontrarlas en laboratorio», añade Carbonell, quien explica que por el momento no han extraído de su interior ningún material arqueológico, aunque sí muchos restos de tierra quemada. «Ello nos podría indicar que es una estructura que pudo funcionar como cisterna y una vez que se abandonó se prendió fuego de forma intencionada», añade el arqueólogo.
La campaña, en la que este año no están trabajando estudiantes sino un grupo de voluntarios, tenía previsto acabar esta semana, pero finalmente se prolongará hasta mediados de septiembre para finalizar el estudio y dejar la zona protegida de cara al invierno.
No obstante, ya se puede hacer balance de una temporada, la número 15 desde que comenzaron a trabajar los Amics del Museo de Menorca, que ha sido, según Carbonell, «muy interesante». Y es que además de la posible cisterna, se han encontrado en el yacimiento dos valiosas monedas, una romana sin datar y otra, muy bien conservada, de la época ibérica (siglo II antes de nuestra era). Además, se ha extraído mucha cerámica, fauna, restos de metales, punzones de hueso, anillos y un clavo de bronce muy bien conservado, entre otro material.
Torre d'en Galmés supone una fuente inagotable de historia, y la entidad que excava el yacimiento ya tiene elegida cuál será la próxima zona de estudio, la muralla sureste. Quienes estén interesado en conocer los avances realizados hasta la fecha tendrán una buena oportunidad este viernes, a partir de las 19 horas, con la celebración de una jornada de puertas abiertas.